«El estudio de la Universidad de Castilla-La Mancha [desvelado por este periódico la semana pasada] sólo aporta información de ahora, no del momento crítico, cuando se produjo la contaminación por mercurio en las instalaciones de Asturiana de Zinc». El que habla es Arsenio Valbuena, consultor higienista con décadas de experiencia en Asturias. «Estas mediciones son útiles para reconducir el proceso de producción, para que este vuelva a ser estable», añadió Valbuena. «Y eso está bien: disipa la alarma social. Es improbable que existan ahora concentraciones estables de mercurio en el aire, al menos cuando se produjeron las mediciones», insistió. «Lo que está claro es que no se puede esgrimir este análisis para revelar nada cierto sobre el origen de la intoxicación», concluyó este Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales consultado por este periódico.

Valbuena aseguró que el informe que firma Pablo Higueras es «hasta cierto punto irrelevante», aunque destacó el hecho de su existencia: «Los datos que ofrece sirven para realizar un estudio comparativo de lo que ha sucedido en la fábrica», comentó. ¿Hay que hacer análisis a la población que rodea la planta? «Es alarmista, una cacerolada, quienes proponen eso lo que hacen es meter ruido», aseguró. Y es que, explicó, el mercurio gaseoso es evanescente a poca temperatura. «Y si no hay mercurio en la fábrica, tal y como dice el informe, es una presunción plausible decir que tampoco hay mercurio fuera», aclaró. Este punto se explica teniendo en cuenta la hipótesis de un sólo foco de emisiones (el intercambiador número 4 de tostación).

¿Qué ha sucedido entonces para que haya, al menos, 69 personas afectadas por mercurio? «No conocemos la concentración de mercurio en el momento en que se produjo la contaminación y no lo vamos a saber. La disolución del mercurio en el aire es inmediata. Son más los medidores fijos (la medición de Higueras fue portátil, durante cien minutos, en la tarde del día 21 de enero y a la mañana siguiente)», aseguró Valbuena. O sea, que el informe de Higueras sólo sirve para descartar la presencia de mercurio gaseoso en las instalaciones de Azsa esos días. Quedan más preguntas sin responder: ¿Dónde se produjo la contaminación? ¿Cuándo? ¿Por qué razón? Las respuestas las busca el Instituto de Prevención de Riesgos Laborales. En unos días se cumplen dos meses y medio del accidente.