«La empresa Asturiana de Zinc (Azsa) no reconoce que tiene más de 80 trabajadadores afectados por una intoxicación por mercurio». El que habla es Javier Vázquez, que es el secretario de Salud Laboral de la Federación de Industria de Comisiones Obreras (CC OO), uno de los asistentes a la primera reunión conjunta convocada por el inspector de Trabajo Alberto Paramio -el encargado del caso-, para hacer seguimiento del accidente por mercurio detectado el pasado 2 de diciembre de 2012, es decir, hace casi cinco meses. A la mencionada reunión acudieron representantes de los sindicatos Unión Sindical Obrera (USO), Unión General de Trabajadores (UGT), Sindicato Independiente de Trabajadores de Azsa, el director de Operaciones Metalúrgicas de Azsa, representantes del departamento de Prevención y de los Servicios Médicos de Azsa y representantes de la mutua de Azsa.

«El inspector de Trabajo sólo tiene constancia de los envenenados de Ingenería Montajes del Norte (IMSA), porque son los únicos a los que les ha dado la baja. De los de Azsa, nada. La empresa no ha hecho otra cosa que confinar a los que daban niveles más altos de lo normal. La mutua no dio una sola baja, pese a que son más de 80 los que superan esos niveles, alguno de ellos, cuatro veces más de lo normal», añadió Javier Vázquez. «Lo extraño es que en la reunión no estuvo ni un solo representante de IMSA: ni de la empresa ni de los afectados. Parecía que estábamos hablando de algo que no concernía a Azsa», apostilló Vázquez.

Otra particularidad de la gestión del accidente del mercurio por parte de la empresa Asturiana de Zinc es la elasticidad con que mide los tiempos. Según ha sabido este periódico, ha tardado casi cinco meses en entregar su versión sobre los hechos. Y lo ha hecho después de un requerimiento legal del inspector de Trabajo.

El informe del Instituto de Prevención de Riesgos Laborales dice que existe en la fábrica «de forma indubitada» un foco emisor de mercurio sin detectar; los análisis de los catedráticos de Química Orgánica de la Universidad de Oviedo, Agustín Costa e Ignacio García Alonso, ratifican ese extremo y la dirección de la empresa, para asombro sindical, ofreció a sus trabajadores información sobre el riesgo de consumir ciertas clases de pescado «en vez de reconocer la existencia de un problema grave y tomar medidas», critican en medios sindicales. «Parece que pretenden dar carpetazo al caso del mercurio, de ahí que hayan retomado la negociación del convenio ahora, después de muchos meses. Es el momento de analizar los protocolos de trabajo para evitar que se repita un accidente como el que ha sufrido casi centenar y medio de personas», concluyó Vázquez.