Luanco, Illán GARCÍA

«Hace poco más de medio siglo, en Cudillero había lanchas pesqueras donde ahora hay sombrillas y terrazas de bares». Con esta afirmación, la documentalista del Museo Marítimo de Asturias, Pilar Carrasco describe el notable cambio sufrido en el entorno marítimo de las villas marineras asturianas. Precisamente, este el motivo que ha escogido el centro ubicado en Luanco para celebrar el día internacional de los museos con una exposición denominada: «Lo que va de ayer a hoy en el entorno marítimo». Para ello, los trabajadores del Marítimo han seleccionado una veintena de fotografías que describen esos cambios en las playas, en los puertos, en la venta del pescado y también en la vestimenta que utilizaban los vecinos hace medio siglo e incluso en el siglo XIX. Para elaborar esta muestra, el Museo Marítimo ha seleccionado cuatro enclaves marineros: Avilés y Gijón, con sus barcos mercantes, y Cudillero y Luanco, con sus embarcaciones pesqueras.

«Los barcos mercantes y de pesca que abarrotaban las dársenas fueron sustituidos por embarcaciones de recreo, en unos casos por construcción de puertos anexos con mejores servicios, pero en otros, como es el caso de la pesca, por la paulatina desaparición del sector», explica la documentalista del Museo Marítimo.

La exposición se divide en varios bloques: la pesca, las playas, las calles y casas y el modo de venta del pescado. La pesca de mediados de siglo era, completamente, artesanal. «Era más respetuosa con el medio, por ejemplo, para pescar la merluza del pincho se utilizaba un solo anzuelo frente a las redes que, poco a poco, han ido acabando con los recursos marítimos y pesqueros», indica Carrasco, mientras muestra una de las fotos realizadas por Agustín Menéndez Artime, más conocido por «Agustín Guache». «En aquellos tiempos, las barcas tenían un pequeño motor de tres o cuatro caballos», añade. El modo de venta del pescado capturado en la mar también se ha visto modificado con el paso de los años. Se sustituyeron aquellas vendedoras de pescado que rondaban el muelle de Luanco por las pescaderías. «La manipulación del pescado no guardaba precisamente condiciones higiénicas. Tanto en la rula como en la distribución, la ausencia de buenas instalaciones frigoríficas fue lo normal durante mucho tiempo. Lo mismo que la venta ambulante que, si es verdad, añadía tipismo no siembre garantizaba el buen estado de conservación de los pescados», explica Carrasco.

La documentalista del Museo Marítimo de Asturias quiso poner de ejemplo la playa de La Ribera de Luanco para mostrar los cambios sufridos por el turismo en las villas marineras. «Los hombres y mujeres iban vestidos a la playa, iban al balneario y utilizaban bañadores de una pieza cuando el hecho de tomar el sol era por higiene, no por simple ocio», explica Carrasco, que describe además que la playa de La Ribera pasó de ser un lugar donde se realizaban los despieces de ballenas capturadas, a albergar un balneario y, en la actualidad, ser el lugar donde cada verano se celebra el torneo de tenis-playa de Luanco. «Lo único que no sufrió cambios en este tiempo es la procesión de La Venia, solo cambian los personajes, sin embargo las imágenes antiguas son idénticas a las actuales», destaca la documentalista del Museo Marítimo.

Como en toda sociedad, a mediados del pasado siglo los niños también colaboraban en las tareas propias de la mar y la pobreza era común a casi todos las personas vinculadas a la mar. «Para intentar reflejar esa situación, decidimos incluir en la proyección el cuadro de Sorolla: Y aún dicen que el pescado es caro», explica Carrasco.

Las calles y las casas de las villas marineras también sufrieron cambios drásticos. «De las casas pequeñas y húmedas, muchas veces sin agua corriente y donde las personas compartían espacio con los aparejos, la carnada y el combustible, se pasó a viviendas equiparables a las de cualquier zona urbana», explica la documentalista.

El Museo Marítimo de Asturias expondrá esta muestra en la planta baja del centro y espera ampliarla en las próximas semanas con más fotos y más documentación relativa al cambio sufrido por las villas marineras en las últimas décadas. Según Carrasco, esta exposición plantea una reflexión sobre la etnografía marítima y el mundo de la pesca, precisamente una de las especialidades del centro museístico de la calle Gijón de Luanco.