La carretera CT-2 que atraviesa Pillarno y comunica Piedras Blancas con la Cruz de Illas trae de cabeza a la asociación de vecinos de la pequeña localidad castrillonense: la maleza invade ambas márgenes de la calzada y la señalización apenas se distingue. «Las marcas en el asfalto están muy difuminadas y apenas pueden verse las líneas», criticó ayer Mónica Menéndez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Pillarno. El colectivo ya recurrió a las autoridades en busca de una solución, pero el Principado echó atrás su petición. «Nos dijeron que la señalización es la adecuada para la carretera y las condiciones de ésta», aseveró. Los vecinos de Pillarno, indignados con la respuesta recibida por parte del Gobierno regional, no dudaron en presentar un recurso.

«La carretera marca una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora, pero los vehículos pasan más rápido. Si a esto le sumamos que la maleza cubre las señales verticales, tenemos como resultado una zona muy peligrosa para el tráfico», manifestó Menéndez, que destacó que tanto peligro como los conductores lo sufren los viandantes. «Para llegar al centro social de la localidad hay que cruzar esta carretera, y ese punto es muy peligroso porque casi no hay visibilidad», subrayó. Añadió que en el escrito rechazado por el Principado también pedían un paso de peatones para que los vecinos pudiesen cruzar con mayor seguridad. «Es una zona por donde pasan personas mayores y niños. No entiendo cómo pueden decir que la carretera reúne las condiciones adecuadas», opinó.

Precuisamente, el Ayuntamiento de Castrillón ha comenzado rebachear estos días algunas calzadas de la zona rural del concejo. «Nosotros no teníamos conocimiento de esto. Esperemos que así sea y que arrimen el hombro», destacó la presidenta de la Asociación de Vecinos de Pillarno. En la localidad no pierden la esperanza y esperan que sus denuncias sobre la carretera sean atendidas, pues la asociación vecinal advierte de que en caso contrario tomarán medidas.