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Las secuelas de un grave accidente industrial

Los intoxicados por mercurio en Azsa empeoran

Los ex trabajadores de IMSA piden explicaciones médicas por el rosario de dolencias que padecen

La salud del medio centenar de ex trabajadores de IMSA intoxicados con mercurio en la fábrica de Asturiana de Zinc (Azsa) a finales del año pasado va a peor. Aparte de la percepción personal de este empeoramiento del estado físico, los diagnósticos recientes de sus dolencias -ya sean realizados por profesionales de la sanidad pública o la privada- parecen confirmar tal extremo: los dolores de cabeza han dado paso a fuertes cefaleas y migrañas, el sangrado de las encías desembocó en varios casos en la pérdida de piezas dentales, se intensifican las tensiones y los dolores musculares, no remiten las alteraciones del campo visual, algunos afectados presentan inflamaciones anómalas en vísceras como los riñones y al menos uno de los intoxicados presenta un cuadro de hepatitis.

"Los médicos podrán decirnos lo que quieran, pero esto no es normal", protesta Francisco Gallardo, presidente de la asociación que agrupa a la inmensa mayoría de los empleados de IMSA que estuvieron expuestos a altos niveles de mercurio durante su participación en los trabajos de mantenimiento que llevó a cabo Azsa en su planta de tostación durante los meses de noviembre y diciembre de 2012.

La detección de un caso de hepatitis, aún siendo imposible de momento vincular esta grave enfermedad con la contaminación por mercurio, ha disparado las alarmas en el colectivo. Según explica Gallardo, "otros afectados por mercurio que se hicieron pruebas relacionadas con el hígado a raíz de conocer el caso del compañero con hepatitis han dado niveles anómalos de ciertas sustancias que pudieran ser indicativas de una enfermedad hepática en curso; francamente, empezamos a estar muy preocupados por nuestra salud, ya que lejos de mejorar parece que cada vez estamos peor".

A los temores por la evolución imprevisible de sus dolencias se suma el hecho de que los índices de mercurio en sangre y orina no remiten como cabría esperar; son varios los intoxicados que siguen dando niveles muy por encima de los considerados "normales" y en otros casos las mediciones fluctúan sin mediar razones claras. "Nuestra salud no mejora, pero las autoridades sanitarias siguen quitándonos de en medio con buenas palabras; estamos intoxicados con mercurio, pero sólo al 10 por ciento de nosotros le han recetado quelantes (medicamento que tiene como misión favorecer la eliminación del metal pesado); los partes médicos siguen hablando de probable intoxicación con mercurio en vez de asegurar categóricamente qué enfermedad tenemos... Nos tratan como a apestados", critica Víctor Calota, uno de los afectados por el mercurio.

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