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In memoriam

Joaquín Viña Viña, un luanquín singular

La recopilación de la historia de Gozón y Luanco que realizó el ex alcalde bien merece ser publicada

Jugando al "mahjong" en la farmacia de Lépez Prendes en 1948; entre otros, Bladimiro Alonso, los hermanos Ferrer, César Ovies, y el cuarto por la izquierda, Joaquín Viña.

El día 4 de noviembre falleció en Gijón Joaquín Viña Viña y el día 7 LA NUEVA ESPAÑA publicaba una necrológica firmada por Illán García que trazaba con indudable acierto un sesgo muy oportuno sobre su figura, que sin duda suscribo. Pero permítame mi buen amigo Illán que aporte alguna pincelada más sobre don Joaquín, a quien tuve el honor de tratar con cierta intimidad y asiduidad desde 1984, cuando Luanco celebró el centenario de la muerte de Mariano Suárez-Pola y le pedimos su colaboración.

El interés de don Joaquín por la historia del concejo no es una cuestión sobrevenida para llenar el tiempo de ocio que la jubilación le había de procurar. Había hecho estudios universitarios en Historia, y cuando entre enero de 1944 y mediados de 1946 fue alcalde de Gozón, se encontró la documentación municipal en tal estado de abandono que se decidió a emprender la labor de transcribir los libros de actas municipales para evitar que se perdiera una parte muy importante de las fuentes escritas de este municipio. Fue muy oportuna aquella labor, porque efectivamente se perdieron varios años de libros de actas (1845, 1850-1860 o 1862-1863), pero gracias a sus transcripciones y resúmenes es posible que hoy tengamos acceso a los datos históricos de aquellos periodos. Se conserva el manuscrito debidamente custodiado. Colaboró en aquellos años, entre 1946 a 1951, con la publicación de Manuel G. Morí "Álbumes de las Fiestas del Socorro y del Verano" con artículos que suponen nuevas aportaciones al conocimiento de esa historia. Así, "Curiosidades, menudencias y otras cosas de la vida de Gozón"; "Curiosidades de la Vida Local", o "Síntesis de los últimos 50 años".

El trabajo de mayor mérito, profundidad y exhaustividad fue la recopilación de todas las noticias aparecidas en la prensa regional sobre Gozón entre 1878 y 1930. Aquel monumental estudio y recopilación le habría de ocupar varios años tomando notas con infinita paciencia en la hemeroteca de Gijón de diarios como "El Noroeste", "El Principado", o "El Comercio", bajo la atenta mirada del cronista oficial de Gijón, Patricio Adúriz, con el que llegó a trabar una gran amistad. Muchas de las noticias llevan comentarios complementarios del autor y se completan en algunos casos con otras tomadas de los libros de actas municipales. Somos muchos los que hemos utilizado aquella obra, porque la generosidad del autor para permitir su consulta era de todos conocida, aunque reconocida por algunos menos. Continuó firmemente convencido de que alguna entidad privada o publica debería tomarse muy en serio la labor de publicación de la obra, pues la considero una fuente indispensable para conocer el periodo de historia que abarca más de medio siglo.

En forma de manuscritos, y lamentablemente también sin publicar, aún nos dejó varias obras más, que comento muy sumariamente. En "Cien años de vida municipal (1844-1944)" recoge la composición de todas las corporaciones gozoniegas durante ese siglo, indizando los nombres de todos los concejales y alcaldes; en "De cómo no se hizo en Luanco un Puerto de Refugio", que luego completa con una serie de apéndices, hace un pormenorizado análisis de la polémica de mediados del siglo XIX para encontrar ubicación para estas instalaciones portuarias, que finalmente se habrían de construir en Gijón, pero en las que Luanco y Lastres fueron alternativas consistentes. Finalmente reseñar el manuscrito de otra obra: "Curiosidades, menudencias y otras cosas de la vida de Gozón", del que publicó un artículo muy resumido, puesto que el original tiene casi un centenar de folios, en los que vuelve a analizar con mucho detalle todos los elementos de la vida cotidiana durante un siglo en nuestro concejo.

Fruto de la estrecha amistad que mantuve con él, en 1999 me confió la conservación de la mayor parte de estos manuscritos mencionados y otros documentos que, con el permiso de su familia, estarán a disposición para una adecuada edición.

Muchas tardes en Gijón, hablando incansablemente durante horas de Luanco y de Gozón, forman parte de las raíces de mi interés por esa historia que me supo transmitir. Era pues obligatorio esta nota que quiere ser de agradecimiento a su labor callada, siempre imbuida por esa modestia que es patrimonio de los personajes relevantes; y contribuir a la difusión de una labor de investigación seria y mantenida durante muchos años, que debe ser conocida y reconocida por todos los que coincidimos en los interés que don Joaquín mantuvo y cultivó durante una vida muy dilatada.

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