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"Me salvé de milagro", dice ahora un afectado por mercurio en Azsa en 1986

Francisco Ayerdi soldaba en un intercambiador hace 27 años y multiplicó por 200 el máximo del metal en sangre

Francisco Javier Ayerdi y Francisco Gallardo, ayer, en la sede ovetense de la Corriente Sindical de Izquierdas. Nacho Orejas

Francisco Javier Ayerdi Rivado (Avilés, 1959) tenía 27 años cuando se envenenó con mercurio en las instalaciones de Asturiana de Zinc (Azsa). Fue el 23 de abril de 1986, 26 años antes del accidente de diciembre de 2012 que afectó al menos a 50 ex trabajadores de la empresa Ingeniería Montajes del Norte (Imsa), actualmente, en tratamiento médico. Ayerdi multiplicó por 200 el nivel de mercurio permitido actualmente por la ley: dio 2.030 microgramos por litro de sangre. Participó ayer en Oviedo en un acto organizado por la Asociación Asturiana de Intoxicados por Metales Pesados en colaboración con la Corriente Sindical de Izquierdas.

"Me salvé de milagro. Estuve 11 días ingresado en la uci", aseguró ayer Ayerdi a este periódico. "El médico que me trató me dijo que sólo había un caso como el mío en el mundo", añadió Ayerdi. Él y otros cinco compañeros de la empresa Montrasa tenían el encargo de reparar los intercambiadores de las plantas de tostación de la empresa Asturiana de Zinc (Azsa). Para ello tuvieron que cortar los tubos que pasaban por el interior del ingenio de la planta de tostación. Es decir, los compañeros de Ayerdi tuvieron el mismo encargo que los trabajadores intoxicados en diciembre de 2012. "Soldábamos con pinza los tubos del intercambiador", recuerda Ayerdi. Los trabajadores de Imsa utilizaron, principalmente, la radial. "Ya no se suelda con pinza", explicó Víctor Calota, uno de los portavoces de los intoxicados en diciembre del año pasado en San Juan de Nieva. "Metimos mucho calor allí y así fue como caí", explicó Ayerdi.

El trabajador envenenado fue atendido primero en el Hospital San Agustín para después ser trasladado a la residencia Nuestra Señora de Covadonga (actualmente, el Hospital Universitario Central de Asturias). El diagnóstico que firmó el doctor Quiroga fue: "Intoxicación por mercurio (inhalación de vapores de mercurio), insuficiencia respiratoria aguda e insuficiencia legal aguda".

La noticia del accidente en Azsa se hizo pública días después: en mayo. El Inspector de Trabajo Plácido de Blas se hizo cargo de la investigación del caso. Ayerdi fue internado en el hospital y sometido a diálisis continuas durante más de un mes. "Me dijeron que tenía los riñones parados", comentó el trabajador actualmente en el paro. "Llevábamos en el intercambiador una semana apenas. Yo era trabajador eventual. Nos metimos allí con mascarillas de gasa", reconoció. "Sentí al principio una fiebre aguda. Pensaba que tenía una gripe galopante", explicó el trabajador. "Fui a urgencias del Hospital San Agustín, pero no supieron decirme qué me pasaba. Pasé después al de Caridad. Me atendió el doctor Luis Vallina", relata Ayerdi.

El informe del doctor Quiroga señala: "Una semana antes de ingresar en este centro, comenzó a trabajar como soldador, desarrollando su labor en un silo de escasa ventilación, inhalando durante la soldadura los vapores desprendidos de los tubos que soldaba. Al cabo de tres días comienza a notar inflamación en los ganglios mandibulares, así como molestias en la boca y odinofagia". Fue tratado con penicilina en un principio, dado que entonces no existían precedentes sobre el caso de las intoxicaciones por mercurio. "No sabía que me necesitaran los compañeros de ahora, pero aquí estoy", concluyó Ayerdi.

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