Los trabajadores intoxicados con mercurio a finales de 2012 en la fábrica de Asturiana de Zinc (Azsa), de los que la práctica totalidad firmó un acuerdo amistoso desistiendo de llevar a cabo acciones penales contra la compañía, han visto renacer estos días sus esperanzas de volver a trabajar a corto plazo y aparcan las críticas contra la supuesta falta de compromiso de Azsa con su futuro laboral, una promesa que, según aseguran, consta en una de las cláusulas del acuerdo amistoso antes citado.
Un portavoz de los trabajadores afectados por el escape de mercurio aseguró a LA NUEVA ESPAÑA que el colectivo ha visto renacer las esperanzas de colocación laboral a raíz de la iniciativa de Azsa de recoger curriculums con la aparente intención de hacerlos llegar a las empresas auxiliares que prestan servicios en la fábrica de San Juan de Nieva y, en la medida de lo posible, facilitar su contratación. De momento, la única empresa contratista que trabaja para Azsa y que decidió contratar a algunos de los afectados por el mercurio fue IMSA, la firma en la que trabajaban los afectados por el mercurio en el momento de producirse el accidente que cambió sus vidas.
El deseo de los intoxicados, algunos de los cuales denunciaron haber sido discriminados en el ámbito laboral por su expediente médico, es que sean más las empresas subcontratadas por Azsa que cuenten con ellos y sostienen que la multinacional del cinc adquirió el compromiso de "recomendarles", cuestión que se presta a interpretaciones puesto que otras fuentes conocedoras del protocolo firmado en su día aseguran que lo que dice el mismo es que Azsa plantearía a las auxiliares que trabajan para ella la posibilidad de contratar a estos empleados, pero siempre en el entendido de que la decisión final corresponde a cada empresa.
