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El quiosco de la música del parque del Muelle, de finales del siglo XIX, mantiene su uso

El otro tesoro botánico que alcanza el reconocimiento de patrimonio cultural asturiano es el parque del Muelle. "Era la continuación del antiguo paseo de Bombé, el que bordeaba el antiguo puerto hasta finales del siglo XIX", cuenta el estudioso. El parque del Muelle fue encargado a Ricardo Marcos Bausá por el alcalde José Cueto. "Se extiende sobre lo que un día se llamó el campo del Faraón, que eran unas marismas que se desecaron cuando empezó la época burguesa de la ciudad", explica el geógrafo. Bausá y Cueto no llegaron a un acuerdo y Federico Ureña -el padre del excronista oficial de la villa, Justo Ureña- concluyó la labor. "Además, es el autor del quiosco de la música, un tesoro 'art déco' de primera envergadura", asegura Álvarez Brecht.

"Una de las singularidades más notables del parque es la rosaleda. Apenas hay rosaledas en los parques de ahora. Se combinan distintas variedades y daban sombra", señala. "Pero no sólo los tesoros son botánicos. Los bordillos de las isletas están hechos a mano", añade y con la mirada recorre el juego de esculturas de metal. "Son réplicas de algunas que hay en el Louvre, en París, que, a su vez, lo son de viejas esculturas clásicas", cuenta el autor del estudio. "Fue la empresa Altos Hornos D'Osne la que hizo las esculturas. Todas las esculturas y las jardineras se instalaron en el antiguo paseo del Bombé, y cuando se desmontó todo aquel juego pasó al nuevo parque", añade el geógrafo.

Álvarez Brecht fija su mirada en el quiosco: "Es uno de los pocos que mantiene su uso original: servir de escenario para las bandas de música. Todos los veranos se celebra en él el festival La Mar de Ruido. El quiosco del parque de Ferrera es algo más moderno que el del Muelle. Lo inauguró el alcalde Manuel Ponga al poco de ser municipalizado", aclara. Y, evidentemente, Álvarez Brecht destaca la escultura de Pedro Menéndez que preside el jardín adoquinado que fue testigo de encuentros, desencuentros, de amores, desamores, de ferias, de fiestas... Los parques del Muelle y de Ferrera lucen una nueva medalla y Avilés dos joyas más a mostrar a visitantes y nativos.

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