"Ahora a una casa encantada se le puede llamar poltergeist, en el pasado se le llamaba un miedo. Lo que hoy en día es una aparición o un fantasma, en Asturias se le llamaba güestia", explicó ayer Bruno Rodríguez durante la presentación, en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, de su libro "La Asturias Extraña", que escribió en colaboración con Alberto Cerezuela. En él, se recopilan historias misteriosas y leyendas de la región. "Se cuentan las cosas como nos las contaron a nosotros. Da igual que nos lo cuenten en castellano o en asturiano de occidente, se transcriben tal cual. Lo que no queremos es que se pierdan", dijo Rodríguez.

Éste es su segundo libro. "Hay historias de toda Asturias. De Avilés he querido que vuelva a estar el 'destripador de Avilés' y el fantasma del Conservatorio, pero con una vuelta de tuerca", explicó. Una de las historias que le llama la atención es la del duende de Verdicio. "Es el caso de una familia que le empiezan a desaparecer cosas en casa y aparecen en la casa de un familiar a varios kilómetros o cuentan que tenían la leche en el cazo y salía disparada al techo. Fue un caso muy sonado en los años 30", explica Bruno Rodríguez.