El templete de San Lorenzo de Cortina, en Llaranes Viejo, es el beneficiario de una donación de Arcelor consistente en siete bancos de madera africana y en perfecto estado de conservación y diverso material sacro, todo ello procedente del desmantelamiento de la capilla del antiguo hospitalillo de Ensidesa, ubicado a la entrada del barrio de Llaranes y ahora en proceso de vaciado para darle nuevos usos en el futuro. El párroco de Llaranes, José María Murias González, ha agradecido encarecidamente la donación, que viene a mejorar la habitabilidad del edificio medieval de San Lorenzo (aún consagrado al culto) y a preservar unas piezas sacras que por su antigüedad tienen un notable importancia patrimonial y por su procedencia de la antigua fábrica siderúrgica, un inestimable valor simbólico y sentimental.

La compañía Arcelor accedió gustosa a los requerimientos de la parroquia de Llaranes para ser la destinataria del material religioso que se guardaba en la capilla del hospitalillo, que en tiempos fue el centro médico de referencia de los productores de Ensidesa. Como era habitual en las construcciones sanitarias de la época franquista, nunca faltaba una capilla para uso de los pacientes ingresados y sus familiares.

Los planes que ahora tiene la multinacional Arcelor para el antiguo hospitalillo son incompatibles con la conservación de la capilla y de ahí surgió la idea de la donación del material. Las primeras piezas enviadas a San Lorenzo de Cortina fueron diversos recipientes sagrados (cálices, bandejas...), ropas de liturgia, sabanillas y material de culto; la donación se completó más recientemente con la entrega de siete bancos de madera de grandes dimensiones que han pasado a convertirse en el nuevo mobiliario del antiguo templo de Llaranes Viejo.

El sacerdote José María Murias Murias destacó el buen estado de conservación de los bancos, así como la calidad del material y la refinada obra de carpintería realizada hace más de medio siglo para darles forma a los asientos. Ya colocados en su nuevo destino, los bancos ocupan la zona central de la capilla, dejando sendos pasillos laterales.

Con la llegada de los nuevos bancos han podido jubilarse los viejos, algunos de los cuales tenían principios de apolillamiento con el peligro que esa circunstancia entrañaba para las imágenes religiosas de la capilla. El cura presentó a la feligresía los bancos y los demás objetos donados en una misa.

La capilla de San Lorenzo de Cortina de Llaranes Viejo, de planta basilical reducida, es recuerdo de un antiguo templo, la primitiva iglesia parroquial de Llaranes, que ya es citada en textos medievales donde se indica su dependencia de "Gauzón". No obstante, el cementerio adosado a uno de sus lados y la pila bautismal de la que hay referencias documentales han desaparecido.

El edificio de Llaranes conserva, eso sí, una ventana de época prerrománica, tal vez del siglo X, similar a las existentes, por ejemplo, en las iglesias de San Martín de Salas, San Martín de Laspra y San Cipriano de Pillarno; es una ventana geminada, pequeña, tallada en un único bloque de piedra caliza, con la decoración sogueada y enmarcada en una moldura de resalte. Se trata, a juicio de los historiadores y expertos en arte, de una de las joyas más preciadas de la arquitectura del concejo avilesino.