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Manu Brabo: "La reacción de Europa ante los refugiados ha sido vergonzosa"

El fotoperiodista, miembro de "MeMo Collective", presentó ayer junto a su compañero José Colón la exposición "Mare Nostrum" en el Niemeyer

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Inauguración de la exposición “Mare Nostrum” en el Niemeyer

"Huyen de un país en guerra y se encuentran con una pared en el mar". Así resume el fotógrafo José Colón el conflicto de los refugiados que se lanzan al Mediterráneo en busca de un futuro mejor en Europa, protagonistas de la exposición "Mare Nostrum". La muestra, inaugurada ayer en el Niemeyer, pertenece al grupo "MeMo Collective", formado por el reportero sevillano junto al gijonés Manu Brabo, Guillem Valle, Diego Ibarra y Fabio Bucciarelli.

En "Mare Nostrum", los reporteros resumen en 50 fotografías el viaje de un migrante desde su país de origen hasta las costas europeas. "Las primeras fotos se sacaron en países como el Congo, Libia o Siria. Después, documentamos su estancia en la frontera, la lucha para llegar a Europa. Las últimas fotografías resumen su estancia en Occidente", resume Colón. Según Brabo, a la mayoría de estos refugiados no les espera un porvenir prometedor. "Vienen de un país que se fue al garete. Aquí, si no se matan por el camino, o los detienen o se dedican a deambular por la calle. En el mejor de los casos, se casan con un europeo; en la mayoría, acaban vendiendo marihuana en algún parque", reconoce. "Antes no molestaban, se pillaban los curros que nadie quería, eran pocos. Ahora, los vemos como algo peligroso: la reacción de toda Europa ha sido vergonzosa" lamenta. "No, mira. Esta gente tenía una casa. Llovieron bombas, se fueron a la mierda. Y escaparon. Por eso están aquí" añade.

En la muestra, no obstante, los reporteros intentaron no caer en el victimismo. "Nuestro trabajo no es ponernos de parte de nadie. Si veo a un Guardia Civil dar patadas a un chaval, voy a empatizar con el chaval. Pero mi labor se limita a fotografiar la patada", apunta Colón. "Vivimos en una realidad de 360 grados. Como fotógrafos, seleccionamos un enfoque determinado. Es un curro tremendamente subjetivo, nos censuramos para hacerlo bien", apunta Brabo.

Los fotógrafos decidieron unir esfuerzos en 2011, después del estallido de las primaveras árabes. Desde entonces, la cooperativa ha conseguido publicar un "magazine" en papel gracias al lanzamiento de un micromecenazgo de financiación. Ahora, combinan la presentación de su trabajo fotoperiodístico en el Mediterráneo con talleres formativos de reportero. "Somos como los Beatles, cada vez nos vemos menos. Pero seguimos trabajando, cada uno donde puede y donde le dejan", resume el gijonés.

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