Mieres del Camino,

J. A. O. / L. C.

Los ganaderos de la comarca vuelven a estar en pie de guerra. El sector denuncia la desaparición de nueve potros recién nacidos y de un xatu del entorno del monte Llosorio, en el plazo de quince días. Aunque no ha aparecido ni rastro de ellos, los profesionales aseguran que han sido devorados por una pareja de lobos que se ha establecido en la zona. Es más, mantienen que la propia Consejería de Medio Ambiente reconoce su existencia ya que, recientemente, ha achacado a los cánidos la muerte de cuatro ovejas en Villar de Gallegos, una localidad mierense cercana al monte Llosorio.

Los portavoces de la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall) aseguran que los lobos devoraron por completo a los nueve potros, dado que «eran casi unos recién nacidos y piezas fáciles para los cánidos». A su juicio, el hecho de que no haya aparecido ni rastro de ellos no debe hacer pensar lo contrario: «Lo más probable es que se comieran hasta la mayor parte de los huesos y que los restos estén en cualquier lugar del monte». Las mismas fuentes inciden en que numerosos vecinos de la zona han avistado en varias ocasiones dos ejemplares de lobo. Su principal temor radica ahora en que uno de ellos sea una hembra y que alumbre a varios lobeznos en las próximas semanas. «Las lobas recién paridas son las más peligrosas y las que más arriesgan para buscar comida, hasta el punto de que, como ya ha sucedido en años anteriores, lleguen a atacar a reses a escasos metros de los núcleos habitados», señalaron los portavoces de Agall.

En Aller también se han registrado ataques. Cuando falta poco mas de un mes para que el ganado suba a los puertos de montaña, los lobos se han anunciado con un ataque a un potro, propiedad de un ganadero de Bello, en el monte de La Guarda, por encima del pueblo de Cuérigo. La indignación en el sector ganadero allerano también es patente.

Los nuevos ataques en Llosorio, que se suman a los que se han producido en el vecino concejo de Aller, ha originado un fuerte sentimiento de indignación en el sector ganadero de la comarca. Los responsables de Agall aseguran: «No estamos dispuestos a pasar por una situación similar a la del pasado año, cuando, sólo en el entorno del Caudal, hubo más de cien bajas en los rebaños, con algunos ganaderos que sufrieron hasta cuatro y cinco ataques a sus reses».

Por este motivo, reclaman una «solución urgente» a la Consejería de Medio Ambiente.