La Carisa,

C. M. BASTEIRO

Las excavaciones arqueológicas en el entorno de La Carisa se retomarán tras descubrirse restos de una posible fortaleza defensiva de origen romano en la Collá Propinde, en Lena. Este «encontronazo» con la historia se produjo casi de forma casual, cuando la empresa francesa Ausonios realizó fotografías aéreas para ilustrar un atlas sobre los principales enclaves bélicos de Hispania y localizó, en el Castro Picón, un anillo de cuatro hectáreas de circunferencia.

«Se pusieron en contacto con nosotros y visitamos el lugar en cuanto pudimos», explicó ayer, en La Carisa, Jorge Camino, arqueólogo del Museo de Asturias y director de las anteriores excavaciones que se han hecho en la zona. El nuevo hallazgo tiene «unas dimensiones importantes» y, a primera vista, Camino piensa que se trata de «una muralla o una empalizada que actuó como componente defensivo». En cuanto a fechas, el arqueólogo prefiere mostrarse prudente pero apunta a la época romana, probablemente entre los años 26 y 23 antes de Cristo.

Las primeras impresiones se basan en «el modelo de construcción, muy basta y grande». Además, también creen que es más probable que, la construcción de piedras, sea «la base de una empalizada, en lugar de una muralla». La hipótesis que maneja Jorge Camino es que el lugar pudo ser «un frente defensivo o un lugar de paso para las legiones, por el lugar en el que se encuentra dudamos que se trate de un asentamiento constante para una población».

Con estas primeras indagaciones, el arqueólogo tampoco descarta que pueda tratarse de un asentamiento más antiguo y vinculado a las invasiones árabes. No obstante considera como más probable que la construcción date de entre los años 26 y 23 antes de Cristo y podría estar relacionado con la fortaleza romana que se halló en el pico Curriechos (en La Boya) en las anteriores investigaciones. Si fuera más antiguo, el hallazgo podría relacionarse con el poblado astur-visigodo localizado en Homón de Faro. El arqueólogo apoyó más la primera teoría y recordó que en el Castro Picón ya se halló la punta de una lanza de la época en los años 50 del pasado siglo.

El equipo de arqueólogos que trabajó en Curriechos y Homón de Faro volverá a hacerlo ahora en la Collá Propinde, situada a cinco kilómetros de las anteriores excavaciones. Será el Ayuntamiento de Lena, tal y como anunció ayer el alcalde, Ramón Argüelles, el encargado de financiar los primeros pasos del proyecto. «Sobre todo, daremos apoyo humano, con tres trabajadores, y nos comprometemos a pagar las pruebas de Carbono 14, que rondan los 700 euros, para datar los restos», señaló ayer el regidor en La Carisa.

El objetivo del Ayuntamiento de Lena es poder «involucrar a más administraciones para poder llegar al fondo de la investigación», por lo que «tentaremos un poco a la Consejería y al resto de municipios implicados». En este sentido, el arqueólogo Jorge Camino señaló que «este enclave es uno de los de mayor importancia en la región y, a medida que avanzan los descubrimientos, su relevancia va en aumento». Además, el arqueólogo se preguntó «por qué la Consejería de Cultura no muestra más interés». A pesar de las «muchas ganas» que tiene el equipo de arqueólogos de ponerse a trabajar, esperarán hasta la primavera «por motivos meteorológicos».