Mieres del Camino,

J. VIVAS

El Ayuntamiento de Mieres ha obtenido el respaldo de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de Asturias (CUOTA) para sacar adelante el permiso de obras que permitirá llevar a cabo la rehabilitación del pozo Santa Bárbara del valle de Turón, la primera mina asturiana declarada Bien de Interés Cultural (BIC). El proyecto se encuentra bloqueado por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), que había exigido al Consistorio la redacción de un plan especial y un proyecto de urbanización que no estaban inicialmente contemplados. De tener que llevarse a cabo, podrían demorar las obras más de lo previsto.

El equipo de Gobierno de Mieres se dirigió a la CUOTA para apuntar que la obra del pozo Santa Bárbara, al tratarse de una reforma y no una nueva construcción, no debería de precisar los requisitos exigidos por Confederación. La respuesta del órgano del Principado fue positiva, tal y como señaló el teniente de alcalde de Mieres, Manuel Ángel Álvarez. La CUOTA remitió su informe a la entidad de aguas y, ayer se entregó en el registro un documento en el que se reitera que con el proyecto de reforma «no se va a construir nada nuevo», resaltó Álvarez. El teniente de alcalde espera que la Condefederación desbloquee la rehabilitación del pozo en las próximas semanas.

El alcalde, Aníbal Vázquez, consiguió hace un año que el Ministerio de Cultura retomase la iniciativa, eso a pesar de que los presupuestos de 2011 contemplaban una cantidad ínfima para poder siquiera desarrollar los primeros trabajos. El cambio de gobierno no afectó al proyecto, pero los problemas llegaron a la hora de conceder la licencia de obras. El Ayuntamiento precisaba de la autorización previa de Confederación Hidrográfica y ésta, tras una primera valoración, determinó la necesidad de presentar un estudio de inundabilidad, dada la cercanía del pozo al río Turón. El informe ya había sido realizado previamente por Hunosa, propietaria del pozo, quien cedió la documentación. Sin embargo, la Confederación volvió a avisar semanas después que también hacía falta un plan especial y un proyecto de urbanización que no existían.

El principal problema recaía en que el Ayuntamiento desconocía quién tenia que llevar a cabo dichos trámites, ya que ellos eran un mero intermediario, ni tenían la propiedad del pozo, que es de Hunosa, ni tampoco iban a ejecutar las obras, de lo que se encarga el Ministerio. Lo único que sí tenían, tal y como había declarado la concejala de Urbanismo, Olga Álvarez, era el interés de que se realizasen las reformas. Interés que venia motivado porque había sido su partido, IU, el que había logrado años atrás que el Gobierno central destinase una partida de un millón de euros en los presupuestos generales, gracias a una enmienda. Por su parte, el Ministerio de Cultura ha adelantado el proceso de licitación de los trabajos. En total, se presentaron 38 empresas al concurso público.