La Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial establece que conducir bajo los efectos del alcohol está prohibido siempre que se superen los 0,25 miligramos por cada litro de aire. A partir de esta cantidad uno da positivo en los controles. Si la ingesta se dispara y se superan los 0,60 mg/l la sanción salta al ámbito penal. El pasado domingo un vecino de Mieres dio en el prueba de alcoholemia 1,90 mg/l . El conductor, de nacionalidad checa, fue detenido por la Policía Local tras ocasionar en accidente de carácter leve.

Los agentes de la Policía Local de Mieres no recuerdan otro caso similar. El año pasado otro conductor fue detenido tras dar 1,20 mg/l en el control. Esta marca fue ampliamente superada el domingo. La detención de conductor ebrio comenzó con un accidente. J. R. S. , de 51 años, tenía su vehículo aparcado en uno de los laterales del parque de La Libertad. Ya eran cerca de la una de la tarde cuando se introdujo en el automóvil e intentó incorporarse a la circulación. En ese momento golpeó a otro vehículo que transitaba por la calle San José de Calasanz. El ocupante, al ver el estado en que se encontraba el causante del siniestro, llamó de inmediato a la Policía Local. Cuando llegaron los agentes el conductor borracho apenas se podía mantener en pie y no articulaba frases coherentes. Fue detenido y llevado a la inspección, siendo puesto a disposición judicial. Tras prestar declaración quedó en libertad con cargos a la espera de un juicio rápido, que se celebrará esta semana. En la prueba definitiva que se le realizó ya en las dependencias policiales alcanzó nuevamente los 1,58 mg/l . La normativa vigente establece que conducir con unos niveles superiores a 0,60 mg/l puede conllevar multar de hasta 500 euros. Se trata de un delito penado con condenas de tres a seis meses de prisión, más la retirada del permiso de conducir por un tiempo determinado.