Oviedo, Luján PALACIOS

Los osos pardos gozan cada vez de mejor salud en la cordillera Cantábrica. El número de osas en edad fértil con crías se ha cuadruplicado en los últimos diez años: en 1998 se contabilizaron seis hembras con oseznos; en 2007 fueron veintiuna.

La población occidental sigue siendo la más fortalecida, puesto que la mayoría de las hembras, dieciocho, fue localizada en una franja de terreno entre Lugo, el sureste de Asturias y el noroeste de León. Las tres restantes se mueven entre la montaña de Palencia, el oriente asturiano, Cantabria y la zona oriental de la montaña de León.

Los últimos datos ofrecidos por la Fundación Oso Pardo (FOP) avalan una realidad que ya empiezan a constatar los expertos: que la especie tiene firmes garantías de sobrevivir, y el riesgo de extinción, aun cuando existe, está dejando de ser tan grave como hace unos años. Así, en el año 1994 sólo se tenía constancia de la existencia de tres osas con crías, todas ellas en la zona occidental. Gracias a las medidas de conservación puestas en marcha en los últimos años, el oso pardo ha pasado de ser una especie al borde de la desaparición a convertirse en un símbolo de recuperación que se está exportando a otras zonas, como ocurre en la población pirenaica.

En la actualidad, la población de osos pardos cantábricos es de unos 130 ejemplares, de los que 30 forman parte de la población oriental. Los expertos de la Universidad de Oviedo han podido constatar además que las grandes infraestructuras de comunicación cada vez representan una barrera menos infranqueable para los plantígrados.

Así, el hallazgo de dos plantígrados que descienden del cruce de un ejemplar de la población oriental y otro de la occidental abre una nueva puerta a la recuperación de la especie en Asturias y cumple una de las viejas aspiraciones de los expertos que llevan ya más de una década velando por el oso: la mezcla genética.

En este sentido, la FOP pone el acento en la necesidad de crear pasos suficientes para los osos en aquellas zonas en las que las carreteras o el ferrocarril supongan un obstáculo para los animales. Así, por ejemplo, el administrador ferroviario Adif está realizando un seguimiento mensual de la fauna en colaboración con la Fundación Oso Pardo, de manera que la construcción de la línea de Alta Velocidad entre Asturias y León no interrumpa el tránsito de ejemplares.

Los esfuerzos realizados en los últimos años para acabar con el furtivismo y la colocación de lazos-trampa también han resultado ser efectivos. Nunca antes se habían registrado tantas hembras fértiles ni tantos nacimientos en la Cordillera. Un esfuerzo que, según la FOP, debe seguir en marcha para que el riesgo de desaparición de la especie quede definitivamente extinguido.