Catedrático de Historia Medieval en la Universidad de Oviedo

Oviedo, Franco TORRE

Pola de Siero celebra el sábado los 700 años de la ejecución de su carta de población, lo que propició la creación efectiva del núcleo. Entre los actos que el Ayuntamiento está preparando para celebrar la efeméride, destaca la conferencia del doctor en Historia Juan Ignacio Ruiz de la Peña, Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, que estudió en profundidad el origen de la localidad en su obra «Las "polas" asturianas en la Edad Media», publicada en 1981. Apenas unos días antes de la celebración, Ruiz de la Peña recibió a LA NUEVA ESPAÑA en Oviedo para conversar sobre el origen de la capital sierense.

-¿Cómo se concreta la fundación de Pola de Siero?

-El proceso fundacional de la Pola de Siero se desarrolla a lo largo de un siglo, de 1270 a 1370 y está marcado por tres privilegios fundamentales en la historia de la Pola de Siero. En el primero, de agosto de 1270, Alfonso X concede al concejo de Siero que haga puebla en torno a la alberguería de San Pedro. Les concede lo que es el acta fundacional o el acta de nacimiento de la Pola.

-¿De donde viene el nombre de «Pola»?

-Todas estas villas nuevas, en los siglos XIII y XIV, adquieren el nombre de «pola» o «puebla», equivalente a villa, que se antepone al específico del territorio: Pola de Nava, Pola de Maliayo, Pola de Gijón, de Gozón, Salas, Grado... con el paso del tiempo quedaron cinco: Siero, Laviana, Allande, Lena y Somiedo, más la Pola del Pino, primera capital del concejo de Aller, y la de Sobrescobio, La Polina, que fue un caso de frustración, de una pola que no llegó a prosperar.

-¿Por qué decide el rey hacer esta concesión precisamente a la Pola?

-No es una concesión aislada, sino que se inscribe en un contexto de repoblaciones urbanas de Alfonso X que afectan a Galicia, al País Vasco y, muy especialmente, a Asturias. En esta región, el monarca fundó en los años anteriores a 1270 un número muy elevado de villas nuevas, de polas: hablamos de cerca de 20.

-¿Por qué no se ejecutó?

-Ocurre, y no sabemos muy bien las causas, que la ejecución material del poblamiento, es decir, la ejecución de la decisión fundacional del monarca, se retrasa en Siero, aunque sí que se lleva a efecto en otras villas fundadas el mismo año. Esto contrasta con la importancia del concejo de Siero, de una gran riqueza desde el punto de vista agropecuario. El caso es que se aplaza la ejecución de la carta de población, aunque jurídicamente la puebla existe.

-¿Quién ostentaba entonces el dominio sobre el territorio?

-Este concejo va a caer, en los años siguientes, en manos de dos señores. Durante unos pocos años bajo el señorío del concejo de Oviedo, y después bajo el de don Rodrigo Álvarez de Noreña, que es prácticamente el árbitro de los destinos de Asturias en esos años caóticos de fines del siglo XIII y principios del XIV. Son años malos, muy convulsos, y en un momento determinado, el 16 de octubre de 1310, Rodrigo Álvarez, a petición del propio concejo de Siero, dice que hay que llevar adelante la fundación.

-Esa es la efeméride que se celebra.

-Sí. Lo que vamos a conmemorar el día 16 no es tanto la fundación de la Pola, sino la efectividad del documento fundacional del monarca gracias a la intervención de don Rodrigo Álvarez. A partir de ese momento, la Pola comienza ya a andar, a tener una existencia de facto.

-Dice que es «a petición del concejo de Siero». ¿Había entonces una demanda social para que se ejecutase la carta de población?

-Podría decirse así. Pero la demanda social, en esa época, no valía de nada si la autoridad no respondía. No es como ahora, el clamor popular no valía de mucho.

-¿Qué tipo de privilegios tenían los habitantes de la Pola?

-El primero era disfrutar de un fuero propio, un ordenamiento jurídico privilegiado, que es el Fuero de Benavente. El segundo, autonomía para elegir a sus funcionarios. El tercero, la celebración de un mercado semanal, que es muy importante en la Edad Media, pues es un factor de integración económica para las villas, y que en Siero se fija los martes. El cuarto, disponer de un alfoz o término municipal que se delimita en la carta puebla. Y por último, el derecho de uso de todos los bienes realengos dentro del término municipal. Aparte de esto, los habitantes de estas villas reciben una serie de privilegios, fundamentalmente de tipo tributario, de mayor o menor extensión.

-Asimismo, en el documento de 1310 se alude a una cuestión de seguridad...

-Una de las razones fundamentales, que se invoca siempre para la fundación de las villas, es el mantenimiento del orden público. La defensa de los habitantes resulta mucho más fácil habiendo núcleos urbanos fuertes que en el campo, donde la población estaba a merced de una nobleza de medio pelo, muy abundante y sin dinero. Era «milites», que vivían sobre el terreno, arramplando lo que podían.

-Usted hablaba de un proceso de fundación y asentamiento que llevó un siglo.

-Sí. En 1369 accede al trono Enrique II, y al año siguiente da una serie de mercedes a los concejos que le habían ayudado en su lucha por el trono con su hermanastro Pedro. Y entre los concejos favorecidos está el concejo de Siero. Este documento, que invoca los muchos servicios que le habían prestado los vecinos de Siero, configura un estatuto jurídico enormemente privilegiado para los vecinos, lo que posibilita el desarrollo de la Pola.

«La seguridad ciudadana y el mantenimiento del orden público eran factores fundamentales para la fundación de las villas»