Cronista oficial de Sariego, ha publicado un libro sobre la Guerra Civil en el concejo

Vega (Sariego),

Mariola MENÉNDEZ

El escritor Florencio Friera Suárez (1945) ha buceado en una de las partes de la historia reciente de la que aún no se han cicatrizado las heridas. Su obra recientemente publicada, «La guerra civil en Sariego», pretende recoger algunos de los acontecimientos que se produjeron en su concejo natal y del que se siente orgulloso de ejercer como cronista oficial. Pero lo hace lejos de una visión maniqueísta de buenos y malos.

-¿Destaca algún episodio en especial de la contienda en Sariego?

-Fueron muchas cosas las que me llamaron la atención. En la historia local es lógico que haya singularidades, aunque la guerra fue muy parecida en todos los sitios. Me interesa poner esa historia local en relación con la general y ver cómo esos hechos generales se concretan en personas de carne y hueso.

-Uno de los acontecimientos más duros sucedió en San Román.

-Se produjo una venganza terrible, cuando cayó el frente Norte, con los asesinatos en el cementerio de San Román de unos cuarenta presos «derechistas» que estaban fortificando en Lluaria. Fue unos cinco días antes de la matanza de Valdediós.

-Es el primer libro que aborda en profundidad esta parte de la historia saregana y ha tardado en ver la luz, a pesar de llevar escrita ocho años.

-Tenía miedo, porque está todo el pueblo ahí, unos y otros cometieron muchos disparates. Se lo di a leer a dos amigos y me animaron a publicarlo. José María Fernández me asesoró sobre cuestiones que me preocupaban y Jesús González Peña (ex magistrado del Tribunal Supremo) me dijo que era una obligación moral con mi pueblo.

-No le tocó vivir la contienda, pero la tiene muy presente.

-Siempre te están contando cosas y te interesas por ellas. Pero nuestros padres y abuelos, que fueron los que realmente sufrieron la guerra, tenían claro que no querían que conociéramos detalles porque no deseaban en absoluto que nos tuviéramos venganzas y odios.

-Y usted tampoco ha querido recuperar esos rencores y ha contado una historia sin buenos ni malos.

-La historia tienen que hacerla los historiadores. Vivimos en una sociedad a la que le gusta el morbo, pero el historiador tiene que contar los hechos históricos, sin ser juez, ser lo más objetivo que pueda y diligente con el trabajo. No es un libro de memoria hemipléjica. Está dedicado a las víctimas y a quienes me contaron sus vivencias.

-¿Satisfecho con el resultado?

-Estoy satisfecho, contento, como si me hubiera quitado un peso de encima. Además, la presentación hace unas semanas en Vega fue maravillosa, acudió público de todo tipo y edad. Sentí el afecto de la gente y lo agradezco muchísimo.

-¿A quién va dirigido su libro?

-A quien le interese un estudio sobre la Guerra Civil en Sariego, donde el autor intenta contarlo todo.

-¿Qué proyectos le ocupan ahora?

-El tomo segundo de las obras completas de Fermín Canella y el diccionario de Martínez Marina sobre Asturias. También tengo pendiente la documentación histórica de Sariego.