Perlora, B. FERNÁNDEZ

El nuevo Plan General de Ordenación de Carreño (PGO) ha levantado muchas suspicacias entre la población. Las modificaciones efectuadas por la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio de Asturias (CUOTA) con posterioridad a la fase de alegaciones han prendido la mecha de la indignación ciudadana.

Son muchos cambios, dicen los vecinos, sin posibilidad ahora de protestar. Pero si hay un foco de conflicto, al margen del polémico realojo de los vecinos de Carrió, ése es el de la cantera de Moreda, en la parroquia de Perlora, donde se aglutina el mayor número de quejas.

Esta finca, de 16.752 metros cuadrados, es propiedad de HC Energía y está situada a la vera de la Ciudad de Vacaciones. Esta parcela, que había sido utilizada como depósito de cenizas de la empresa eléctrica y posteriormente rellenada, debía convertirse en zona verde o de uso deportivo, según un acuerdo alcanzado entre el gobierno y los vecinos en 1999. Fue el anterior alcalde, Joaquín Raimundo Fernández Rodríguez, quien firmó el documento por el cual la cantera debía ser rellenada tras su uso y «acondicionada para un futuro aprovechamiento como zona de ocio y esparcimiento y, en su caso, uso deportivo».

Sin embargo, la Asociación de Vecinos de Perlora advierte ahora de que el PGO ningunea el acuerdo. En el tercer anexo figura un convenio urbanístico entre el Ayuntamiento de Carreño y la empresa por el cual el primero vende una parcela de 16.752 metros cuadrados, correspondientes a la mitad del total de la finca propiedad de la eléctrica, de 33.505 metros cuadrados.

Ésa es la parcela que debía destinarse a usos deportivos o ecológicos y de esparcimiento, denuncian desde la asociación, y que la eléctrica recuperará según el PGO. Pero es que además el Ayuntamiento concede a la empresa la posibilidad de desarrollar la zona «de forma escalonada en varias fases para una mejor gestión de su desarrollo», según reza en el documento, lo que ha llevado a los vecinos de Perlora a temer que se edificará «a la carta» en la cantera.

También se quejan de que hay un «agravio comparativo» entre las concesiones a la empresa y las obligaciones para los vecinos de la parroquia. «Mientras los propietarios pelean por sacar adelante sus obras, a HC se le permite un desarrollo a la carta», dicen.