Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

«Nuestro proyecto es una realidad que utiliza la combinación de dos técnicas un tanto antiguas: presión y temperatura. Conseguimos reducir el volumen de los residuos en un 70 % y reutilizarlo, plásticos, latas e incluso materia orgánica, y todo sin quemar». Fausto Fernández, primer teniente de alcalde del municipio madrileño de Rivas Vaciamadrid, explicaba así ayer en el Teatro Prendes de Candás el sistema que utilizan para tratar los residuos. Una charla organizada por la agrupación local de Izquierda Unida para mostrar a candasinos y asturianos en general que «una alternativa a la incineradora existe, es posible y es mucho mejor», en palabras del portavoz de la formación local, Manuel Medina.

El caso de Rivas, municipio gobernado por IU es, en esencia, un proceso que permite que apenas queden residuos sin reciclar, según el encargado de medio ambiente de IU en Carreño, Ángel García Vega. Casi todo, un 95 por ciento de los desechos, son reciclables, asegura, en la planta que tienen en Madrid. Y además, defienden, es rentable. «El coste total es de 30 euros por tonelada, incluido el vertido, por la recuperación de la materia en el mercado», explica Fernández.

Y es que del proceso se obtiene una «biomasa» que resulta «plenamente utilizable». Incluso la comida, el gran problema de los residuos asturianos, es asimilable en Rivas. «La comida es tratada en la planta en solo 20 minutos, fruto de la esterilización que hace que obtengamos una masa de textura similar al tabaco, sin olor, y de fácil manejo, que puede ser utilizada para generar biogas», añade.

El teniente alcalde de Rivas defiende además que se trata de «una tecnología hecha a iniciativa pública» y que es perfectamente extrapolable a Asturias. «El proyecto es modulable, empieza a ser rentable con 40.000 toneladas, es decir, unos 100.000 habitantes», y además tiene cabida en las instalaciones de Cogersa. «Sirve para el tratamiento de residuos, pero también para limpiar vertederos, incluso aquellos donde no se hacían tratamientos», añade.

En cualquier caso, defiende que todo es mejor que una incineradora. «Tenemos una incineradora a dos kilómetros del perímetro de nuestro municipio, y aún estamos pagando las consecuencias», asegura. «Tienen problemas continuamente, nunca funcionan un mes seguido, siempre hay paradas técnicas a causa de residuos no esperados, y su coste se dispara como consecuencia de ello».

Se trata, al menos, de una alternativa a la incineradora, teniendo en cuenta que el plan de residuos de Asturias no contempla ninguna, lo que lo hace «nulo», según defienden desde IU.