La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El instituto candasín, en progreso

Las nuevas tecnologías y la mejora de la convivencia han marcado el medio siglo de historia del centro, según los profesores

Pablo Sánchez, Carmen Cañedo y Belarmino Álvarez, ayer en Candás. M. G. SALAS

Después de cincuenta años, parece lógico que el instituto de Candás no sólo haya cambiado por fuera, sino también por dentro. Belarmino Álvarez y Pablo Sánchez, dos de los profesores con más experiencia en las aulas del concejo, destacan que la transformación más importante que vivió el centro, a lo largo de estas cinco décadas, fue la entrada de las nuevas tecnologías en el ámbito educativo. Ello revolucionó el método de trabajo y también la mentalidad de un alumnado que, a su juicio, continúa obsesionado con la búsqueda de información instantánea.

"Más que el instituto, yo creo que lo que ha cambiado es la sociedad, y eso ha repercutido notablemente en la enseñanza. Antes, era impensable que un joven viniese a clase con un teléfono móvil, y ahora es lo normal. Pero si se emplean bien, estas herramientas son muy positivas", opina Belarmino Álvarez, que lleva nada menos que 38 años como maestro en Candás. A día de hoy imparte la asignatura de geografía e historia, pero a lo largo de su carrera profesional asegura que ha dado clase de todo, "menos de inglés".

Lo mismo le ha pasado a su compañero Pablo Sánchez, que lleva 25 años vinculado al instituto, donde ahora es profesor de filosofía y psicología. Por sus aulas han pasado miles de alumnos y también varias leyes educativas. "Yo llegué aquí en 1988 y se estaba aplicando el plan experimental de la LOGSE", comenta Sánchez. A partir de ahí, vinieron la LOPEG, la LOCE, la LOE y el año que viene, la LOMCE. "Se han hecho muchos cambios en poco tiempo y siempre sin contar con los profesores. Tendría que haber un gran pacto de estado en el que todos los partidos políticos se comprometiesen a respetar la estabilidad educativa de España. Lo que no puede suceder es que cada vez que haya un cambio de gobierno entre en vigor una nueva ley, porque al final tienen a los niños como conejitos de indias y a los profesores sin saber muy bien cómo funcionar. Por ejemplo, ahora estamos dando asignaturas, como "Historia, cultura y religiones", que el próximo curso van a desaparecer", se quejan.

La crisis también se ha colado en las aulas y ha afectado a la forma en la que los jóvenes se plantean el futuro. "Hay una falta de motivación total para estudiar una carrera. Muy pocas tienen salida y a nosotros nos resulta muy difícil aconsejarles. Antes les decíamos que estudiasen lo que quisiesen, ahora no puedes. Yo les intento explicar que carreras como Historia o Filosofía no les sirven de nada. Y es triste, pero la situación es la que es, e incluso hasta ya les planteamos la posibilidad de estudiar un módulo en vez de una carrera", comenta Sánchez, que ahora tiene que echar más horas en clase de lo habitual. La crisis también ha motivado una reducción en la plantilla de profesores, hoy formada por unos 45 profesionales, diez menos que en cursos anteriores.

Pero el instituto de Candás ya ha pasado por épocas peores. En los años 90 el centro tenía mala fama en la región, debido a continuos problemas de convivencia. Sin embargo, esa situación cambió por completo con el paso de los años y en la actualidad es una institución totalmente saneada, cuyo nivel educativo se sitúa por encima de la media regional, como así se desprenden de las estadísticas de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU).

"Hace 25 años, el instituto tenía un aspecto ruinoso y no estaba cerrado. Luego eso fue mejorando, se empezaron a cuidar las zonas verdes y se instaló una valla alrededor del recinto para evitar la salida injustificada de alumnos", explica Belarmino Álvarez, que subraya que hoy el ambiente en Candás es inmejorable. Prueba de ello, dice, es que no se quiere ir. "Yo, por antigüedad, podría elegir cualquier otro centro de Asturias, pero estoy tan bien aquí que ni me planteo irme", asegura. Lo mismo que Pablo Sánchez: "Me jubilaré aquí".

Los dos siguen en contacto con viejos alumnos, con los que precisamente se reúnen todos los años en estas fechas, próximas a la Navidad. "Para nosotros es una satisfacción enorme poder reencontrarnos con ellos y saber que no han olvidado el instituto ni a los profesores. Además, muchos son ahora médicos, químicos, psicólogos... y eso te hace sentirte orgulloso de tu trabajo, porque, aunque sea mínimo, en algo les has influido", señala Álvarez.

Todos, alumnos, exalumnos, profesores, y vecinos de Candás podrán participar el año que viene en la celebración de los 50 años de historia del instituto, que abrió sus puertas el 13 de octubre de 1964. La dirección del centro ya está trabajando duro en el programa. La directora, Carmen Cañedo, destaca que el acto más importante y también numeroso tendrá lugar en mayo con la organización de una marcha cicloturista por el concejo, en el que podrá participar todo el pueblo. Además, se celebrarán varias competiciones deportivas y se montará una exposición fotográfica, así como un libro con experiencias vividas en el centro.

Compartir el artículo

stats