Los trabajadores de la factoría Fahime confían en que el Gobierno del Principado de Asturias capte un inversor para evitar su cierre. Mientras tanto, los 92 empleados de la planta carreñense, ubicada en el polígono industrial de Tabaza y dedicada a la fabricación de bienes de equipo para el sector hidráulico y mecánico, continúan con su encierro. Hoy se cumplen dieciséis días de protestas, que los trabajadores están dispuestos a mantener hasta el final. "Tenemos ganas de pelear y estamos esperando a que la ronda de contactos que ha iniciado la Consejería de Industria con varias empresas dé sus frutos. Vemos una pequeña salida", comenta Jerónimo Fernández, secretario general de MCA- UGT en la empresa. Según aseguran los sindicatos, hay varias industrias de la región interesadas en comprar las instalaciones, debido a su alta capacidad productiva. El de Carreño es uno de los escasos talleres de España que trabaja para el sector hidráulico. Entre sus clientes se encuentran empresas punteras como General Electric y Siemens. Los trabajadores estudian también cómo realizar la impugnación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE).
