El campamento de la parroquia de Noreña en Barro (Llanes) homenajeó ayer a una de sus veteranas, la cocinera Mari, que llevaba en la actividad desde 1998, y que por motivos de salud no ha podido estar este año.

El equipo organizador del campamento, en el que está el párroco Pedro Tardón, le regaló a la homenajeada una medalla grabada en agradecimiento a todo su trabajo, así como el regalo que todos los años entregan al equipo de cocina: un mandil con el emblema del campamento.

Asimismo, leyeron un texto que ponía a Mari como "parte esencial de nuestra cocina: artífice de la magia que colocaba la comida en el plato, la sonrisa que necesitamos en el desayuno, la energía del campamento". Y resaltaron que incluso después de horas en la cocina "aún tenía fuerzas para disfrazarse, jugar y repartir mimos". Destacaron, asimismo, que la homenajeada esperaba cada año con entusiasmo el campamento. "Mari, aunque ya no estés aquí cada mañana, las puertas siempre estarán abiertas para ti. Te esperamos el campamento que viene", concluyeron.