El voleibol hizo ayer del polideportivo de Noreña una fiesta con motivo el IV Torneo Solidario Villa de Noreña, en el que participaron cerca de 300 jugadores. Además de pasar una buena tarde disfrutando del deporte, los deportistas -algunos más habituales que otros- aprovecharon la ocasión para aportar su granito de arena a una causa altruista que, en esta ocasión, fue destinada a la Asociación de Padres y Amigos de Deficientes Auditivos de Asturias (APADA).

"Aquí tiene cabida todo el mundo. Grandes y pequeños, los que juegan federados y los que nunca han disputado un partido. Todo vale para sumarse a la causa", explicó Patricia López, presidenta del club.

"Estamos encantados con la colaboración, no sólo por la par económica, sino por la difusión que dan del trabajo de la asociación", expresó Ricardo Vázquez, uno de los fundadores y actual vocal de APADA, entidad que cumplió 22 años el pasado noviembre. Aunque los partidos tenían marcador y había cierta competitividad, los jugadores no perdieron de vista en ningún momento que lo que les unía en la tarde de ayer era un acto solidario. "Venimos a pasarlo bien, a colaborar y porque conocemos a gente de la organización", afirmó Mauri del Gallego, quien confesó que el de ayer era "el cuarto partido de voleibol" de su vida. "Aquí lo realmente importante es colaborar", agregó acompañado de varios amigos.

Con más experiencia en las canchas, Jesús Yugueros, exjugador del Club Voleibol Oviedo, participó por ayer por primera vez en la iniciativa noreñense. "Es un placer participar en este tipo de propuestas, donde lo que menos importa es el ganador, sino la causa", sentenció.