El día festivo de ayer animó algo más el mercado de los martes de Pola de Siero, aunque también hizo que los clientes fueran menos madrugadores. Fueron muchos los sierenses o vecinos de los alrededores que se animaron a acudir a la plaza, más que turistas, que había pocos. También benefició el día gris, desapacible, a ratos con orbayu, que no invitaba a acudir a la playa.

Amador Molleda reconoció, mientras atendía en su puesto, que ayer había "más gente, pero no madrugó", pues cuando empezó a haber más ambiente fue a partir de las doce: "hasta ahora no hubo nada", destacaba al mediodía. Pero "la mayoría son de aquí. Como es fiesta, hay más gente", apuntó.

Vanesa Parajón es una polesa que ayer aprovechó que al ser día festivo no tenía responsabilidades laborales para acudir al mercado. "Otros martes no puedo venir porque trabajo", indicó. La acompañaba su hijo, Noé Martínez, y, como la mayoría de los clientes, acababa de llegar a eso de las doce del mediodía. "La gente no madruga", apuntó, aunque un martes normal sí lo hacen. Unos metros más allá se encontraba Iván Corujo, de Los Corros, que también se benefició del día festivo para acudir a la plaza, pues el resto de los martes tampoco puede por trabajo. Con él estaba Mónica Peláez. "Desde que estoy embaraza, vengo", asegura. "Suelo comprar fruta".

Tras el puesto estaba Pablo Palacio: "ves algo más de gente, pero hoy no madrugó. Ves más o menos la gente de siempre y de los alrededores, que aprovecha que es fiesta, pero hay poco turista". A su lado, Carmen Suárez opinaba que "no hay tanta gente para ser festivo". Sostiene que los días laborales benefician al mercado, aportándole más afluencia, "depende cómo caiga". Eso sí, "la gente de aquí, madruga, son los primeros que llegan. Los de fuera, cuando pinta. Pero a partir de las nueve ya hay clientes".

Suelen tener costumbres más arraigadas y son los que antes acuden al mercado, pues hay algunos productos muy demandados, como los huevos de casa, que al mediodía ya no quedaban en algunos puestos.