Mieres / Langreo, J. A. O.

El ruido es el único lunar que se aprecia en el estudio sobre las emisiones contaminantes en Mieres realizado por el Principado. La contaminación acústica en el concejo es mayor ahora que hace doce años. De acuerdo a las cifras facilitadas por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro, en 1994 era de 65,14 y en 2006 de 68. Según los expertos, las grandes infraestructuras de comunicación justificarían esta tendencia negativa, en la que, de acuerdo a las tesis que sostienen tanto los vecinos como Izquierda Unida (IU), también tendrían mucho que ver instalaciones industriales como la térmica de La Pereda.

En este sentido, la contaminación acústica centra parte de las alegaciones presentadas por IU contra la ampliación de la térmica de La Pereda y la instalación del ciclo combinado. La coalición asegura que los ruidos provenientes de esta instalación, propiedad de la empresa Hunosa, son «muy superiores a lo legalmente admisibles». Pero esto no es todo; IU de Mieres relaciona directamente esta actividad industrial con el gran número de casos de cáncer que, a su juicio, se han detectado en su entorno en los últimos años.

La coalición de izquierdas también ha denunciado que, a lo largo de 2005, se registraron en el concejo niveles de contaminación por encima del límite de protección de la salud en 98 ocasiones. Según indicaron hace unas semanas los ediles de IU-BA-LV Marcos Cienfuegos y Olga Álvarez, a este problema habría que añadir el hecho de que La Pereda se localiza en un enclave con «mucha población» y que Mieres está ubicada en un área de 10 kilómetros de diámetro en los que se concentran las centrales térmicas de Lada, Soto de Ribera y La Pereda.