Mieres / Langreo,

M. Á. G. / A. C.

Los últimos ataques de lobos y perros asilvestrados sufridos por las ovejas de las comarcas mineras están desatando la indignación entre los ganaderos de la zona, que piden a la Administración más control para prevenir las acometidas y más sensibilidad en el pago de indemnizaciones.

En Langreo, los principales enemigos de los ganaderos en la actualidad son los perros asilvestrados, que han provocado en las últimas semanas la muerte de una veintena de ovejas. Los ataques más intensos tuvieron lugar en la zona de Pajomal, donde aparecieron 14 reses muertas en diversos ataques. El pasado viernes dos ganaderos de Baeres de Abajo, localidad próxima a Tuilla, denunciaron el ataque sufrido por sus animales. En sendos ataques, supuestamente provocados por perros asilvestrados, aparecieron muertas cinco ovejas y otras cinco resultaron heridas, así como dos corderos.

Los ganaderos afectados reclaman a la Administración que «tome medidas», ya que a las pérdidas por la muerte de los animales hay que sumar los gastos por la retirada de los restos y el coste de curar y recuperar a las reses heridas.

En la comarca del Caudal, el lobo volvió con la primavera. La mesa ganadera contra los ataques del lobo (Megadall) denunció, a mediados del mes de marzo, un nuevo ataque de estos animales en el monte de Llosorio. En esta ocasión, los lobos mataron a dos ovejas y un cordero. El ataque se produjo en la zona de El Praiquín, en el concejo de Morcín y a escasos metros de la frontera con Mieres.

Tras reconocer los daños, el Principado de Asturias abonará al ganadero 75 euros por animal. Un pago «injusto», para la mesa ganadera, ya que las dos hembras estaban a punto de parir, con lo que el propietario también ha perdido la ganancia de las dos crías que hubiesen tenido sus ovejas. Desde el mes de febrero se contabilizaron cinco ataques más de las fieras. La situación es «preocupante». «Casi todos los días existen daños por lobo en los concejos de Aller y Lena, aunque muchos de ellos no se denuncian», apuntan desde Megadall.

Los lobos no están atacando únicamente a ovejas y corderos, sino que también se han comprobado daños en la fauna salvaje de la zona, sobre todo entre los corzos y los jabalíes.

Por otra parte, la mesa ganadera inició, a principios del pasado mes, una pegada de carteles por toda la región criticando la negativa por parte del grupo parlamentario de Izquierda Unida en la Junta General del Principado de Asturias «para apoyar nuestras reivindicaciones ante la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural», afirman desde el colectivo ganadero.

Megadall exige el control de la población del lobo, la redacción de un informe claro sobre los daños de estos animales, la revisión de los baremos de indemnización, la declaración de zonas libres de lobo, la representación de la plataforma en el comité consultivo del plan de gestión del lobo, el acortamiento del pago por los daños a cuarenta días, actuaciones inmediatas en caso de daños reiterativos y apoyo al pastoreo tradicional.

Megadall afirma «no entender» la postura de IU, ya que sí cuentan con el apoyo del grupo parlamentario del PP, así como con el respaldo de 18 plenos municipales de la región, entre los que se encuentran Riosa, Morcín, Laviana y Aller.

Langreo, M. Á. G.

«El delincuente no es el perro, sino el dueño que lo abandona». Dolores Moreno, presidenta de la asociación Amigos del Perro (entidad que gestiona la Perrera de Langreo), asegura que el problema de los perros asilvestrados debe cortarse «de raíz y desde abajo». «Es necesario que haya un control más férreo sobre los perros que no tienen chip y hay que aplicar la normativa sobre los dueños que abandonan a sus animales», indicó Moreno, que apuntó que las sanciones en estos casos pueden superar los 300 euros y alcanzar cifras mucho mayores si existe maltrato: «Creo que el mejor método es la prevención, e incluso sería más económico para la Administración».