La Cobertoria (Lena),

Andrés VELASCO

Al calor de las brasas, entre la niebla de la braña, al son de la música y al sabor de los corderos, unas 3.000 personas se dieron cita ayer en el Prau Llagüezos, que marca el límite entre los concejo de Lena y Quirós para participar activamente en la cuadragésima segunda edición de la fiesta del cordero, que estableció un nuevo récord de animales asados, con 126. Desde primera hora de la mañana, el incesante goteo de gente que iba llegando al prau de la fiesta daba una idea de la gran celebración que se iba a producir, y justificaba el porque en 1985 se declaró de interés turístico nacional.

La climatología quiso ser protagonista durante las primeras horas de la jornada. La lluvia apareció levemente en forma de orbayu, aunque pronto desapareció, dando paso a una densa niebla, que sin embargó no empañó los festejos. Y como no podía ser de otra manera, al final el sol hizo acto de presencia para rematar la fiesta.

El gran protagonista del evento, el cordero, tampoco faltó a su cita. Catorce asadores prepararon con mimo un total de 126 corderos a la estaca, una cifra récord, que se dividieron en unas 1.800 raciones. La sidra y el agua corrían entre cocineros y pinches, que de esta forma trataban de hacer frente al infernal calor que desprendían las brasas, donde poco a poco, la carne iba cogiendo su punto.

Mientras, en el prau de la fiesta, la música de las gaitas y tambores de varias agrupaciones que participaron en el encuentro de bandas suponía la antesala de la tradicional puya'l ramu, en la que los asistentes a la fiesta participaron con mucho ánimo. Y tras la subasta llegó el turno de homenajear a los abuelos del Aramo.

La consejera de Bienestar Social, Noemí Martín; la directora general de Turismo, Elisa Llaneza, y el alcalde de Lena, Ramón Argüelles, entregaron las placas conmemorativas a José Antonio Tames, de 90 años y vecino de la localidad quirosana de Ronderos, y a Severina Sánchez, de 97 años y residente en Piñera. Además de la placa, Martín hizo entrega a ambos galardonados de unos detalles. Tanto José Antonio como Severina se mostraron muy ilusionados con este reconocimiento. Precisamente, esta última afirmó tras recibir el homenaje que se encontraba tan bien «como para vivir otros 97 años». Mientras, el abuelo quirosano agradeció a todos los presentes el reconocimiento. Martín destacó por su parte que «seguro que todos los que estamos hoy aquí firmamos llegar a sus edades igual de bien que están ellos».

El final del homenaje a los abuelos dio el pistoletazo de salida para que muchos de los asistentes comenzarán a canjear sus vales por la comida. Los corderos iban desfilando poco a poco de las estacas a los platos. Tras la gran comida, llegó de nuevo la hora de la música de las gaitas y tambores, que amenizaron la tarde hasta la hora de retirada del prau Llagüezos, que cerró el telón hasta el próximo año.

Ahora, el turno será para el servicio municipal de limpieza de Lena, que tendrá una ardua tarea para limpiar los restos de unos festejos que comenzaron ya en la tarde-noche del sábado, cuando los más jóvenes comenzaban a acampar en el Prau Llagüezos para no perder ni un minuto de jornada.