Linares (Lena),

David MONTAÑÉS

Carbones de Linares, la explotación propiedad de Juan José Cachero en la se desarrolló el presunto fraude en el cobro de subvenciones, es una vieja mina de montaña situada por encima de Puente de Los Fierros, en Lena. Su tamaño y desgastado aspecto contrasta con las cantidades que supuestamente movió la trama: 8,7 millones de euros. Sin mineros, parece más bien una mina abandonada en medio del monte.

El acceso no es sencillo, y los últimos kilómetros de trayecto se realizan por una pista de tierra en la que la huella del paso de camiones es evidente. No obstante, hasta la localidad de Congostinas la travesía es bastante cómoda. En la pequeña plaza de este pueblo lenense fue donde la Policía Nacional interceptó a los trabajadores de la explotación a última hora de la mañana del martes. Los vecinos fueron los primeros sorprendidos. Varios coches patrulla cerraron el paso a los mineros, que regresaban a sus domicilios tras cumplir la jornada laboral. Ese día acabaron en la Comisaría de Mieres prestando declaración como testigos. «Los coches tenía las luces encendidas y bloquearon el paso, parecía una película», explican los testigos. Hasta ese momento, los vecinos, según reconocen, nunca sospecharon que allí se estuviera comiendo ningún tipo de fraude. Según la investigación, en la mina trabajan habitualmente 12 personas, aunque oficialmente la plantilla estaba compuesta por 30. Algunos están a un paso de la prejubilación. De hecho, en marzo debería dejar la actividad uno de ellos y, en abril, otro.

La mina sobre la que gira la nueva trama carbonera fue adquirida por la familia Cachero en noviembre de 1978. El padre del actual administrados, Juan Antonio Cachero García, que había trabajado en la corta en la década de los sesenta, compró la explotación tras permanecer ésta clausurada más de un lustro. El veterano empresario, fallecido hace uno año, era una persona muy respetada en Mieres y su labor dentro del sector del carbón mereció en más de una ocasión elogios de responsables políticos y del mundo industrial. El día de su fallecimiento llamó la atención una esquela publicada en este diario y pagada por los trabajadores de la mina en la que le recordaban como «jefe y compañero». Juan José Cachero, el principal implicado en la presunta trama, también es una persona muy conocida y en el concejo. Su detención y posterior puesta en libertad con cargos ha causado estupor y sorpresa, más aún tras conocerse a través de la Policía Nacional todos los detalles de la operación, en las que el baile de subvenciones alcanza, desde 2003, los 8,7 millones de euros, siempre según las cifras hechas públicas por la investigación.

Carbones de Linares es la última mina privada que sigue en activo en la comarca del Caudal. Su producción anual es de 20.000 toneladas de carbón. Según la Policía, más de la mitad no salía de la corta.

La instrucción recoge que la empresa adquiría barato carbón extranjero en El Musel que, posteriormente, antes de trasladarlo a la térmica de Soto de Ribera, mezclaba con la producción propia, para inflar las subvenciones. Esta operación se hacía, según la instrucción, en un pequeño parque de carbones que se encuentra entre Campomanes y Puente de los Fierros, en unos terrenos anexos a la carretera nacional. La instalación, desde la calzada, parece abandonada. La empresa sostiene que el carbón comprado en Gijón se vendía, sin subvenciones, a la central térmica de la empresa Iberdrola en Guardo, en Palencia.