Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

La planta experimental de captura de CO2 de La Pereda estará en funcionamiento a finales de 2102, y Hunosa y Endesa, impulsoras del proyecto, prevén que dentro de aproximadamente un año estarán en condiciones de decidir «si es posible dar el siguiente paso», es decir, convertir la planta de un megavatio en un equipamiento más potente «de entre 20 y 30 megavatios». A la espera de los resultados, el esfuerzo podría resultar estéril si el Principado no define un sistema para el posterior almacenamiento de los gases. El investigador del Instituto Nacional del Carbón (INCAR), Carlos Abanades, principal valedor del proyecto que se desarrolla en Mieres, señaló que, «en estos momentos, el cuello de botella del proceso es dar respuesta al problema del almacenamiento».

Carlos Abanades sostiene que el proceso de construcción de la planta experimental de captura de CO2 marcha «según los plazos previstos». El investigador no oculta que en este caso concreto los tiempos tienen mucha importancia: «Estamos en una carrera tecnológica y trabajamos con el objetivo de poner en marcha la instalación el próximo verano». Abanades confía en que las investigaciones que se desarrollen en La Pereda permitan abordar un «ambicioso» proyecto a nivel industrial, aunque aún hay importantes cabos sueltos: «Determinar qué tipo de mecanismo se utilizará para almacenar el gas debe ser un prioridad y la verdad es que no se ha avanzado nada». En el INCAR sostienen que es necesario despejar este proyecto: «La captura y el almacenamiento van de la mano y de nada sirve avanzar en uno de los frentes si el otro se estanca».

Mientras la térmica de La Pereda se prepara para convertirse en un gran tubo de ensayos, la compañía vasca Iberdrola, propietaria de la central térmica de Lada, lidera un consorcio que impulsa la puesta en marcha de la primera planta de captura y almacenamiento de dióxido de carbono a escala comercial en el Reino Unido, que deberá estar lista en 2014. En este caso, el problema del almacenamiento está resuelto. Los promotores han alcanzado acuerdos con otras empresas para garantizar el transporte del dióxido de carbono desde Longannet y su depósito en antiguos yacimientos de hidrocarburos ya explotados en el Mar del Norte.

En el caso del proyecto experimental de La Pereda, en las inmediaciones de Mieres, Hunosa y Endesa plantearon durante el acto de presentación del proyecto una teórica instalación de almacenamiento en el subsuelo del litoral asturiano. Desde entonces no se ha producido ningún avance.

«El problema del almacenamiento es el cuello de botella del proyecto»

<Carlos Abanades >

Investigador del Incar