Mieres / Langreo,

P. CASTAÑO

Los proyectos para reforzar las Cuencas como centro de producción energética no han cuajado. Las compañías eléctricas tenían planes para multiplicar casi por tres la potencia eléctrica instalada en los valles mineros con las construcción de dos centrales de ciclo combinado, dos centrales minihidráulicas y parques eólicos, pero de momento ninguno de estos proyectos se ha materializado e Iberdrola ya ha renunciado a la iniciativa de mayor envergadura, la construcción de la central de gas de Lada, al solicitar la devolución de los avales que había presentado para tramitarla.

Durante el último lustro se habían anunciado ambiciosos planes para consolidar las Cuencas como potencia energética. Los proyectos que manejaban las empresas eléctricas permitirían superar los 2.000 MW de potencia instalados en los valles mineros con dos centrales de ciclo combinado en los concejos de Langreo y Mieres (las de Lada y La Pereda impulsadas por Iberdrola y Endesa-Hunosa respectivamente), dos centrales minihidráulicas en Sobrescobio y Aller (las de Rioseco y Casomera, impulsadas por Ceprastur y Riomañón Energía S. L.) y parques eólicos en las zonas donde las directrices regionales lo permiten (en concreto, en dos sectores, los cordales que unen Morcín, Riosa y Lena y los que unen Aller, Laviana y Mieres).

Esas instalaciones se sumarían al actual parque de generación eléctrica de las Cuencas formado principalmente por diez centrales con una potencia instalada de 688 MW. La principal instalación es la térmica de Iberdrola en Lada, que consta de dos grupos de carbón: Lada III, con 147 MW de potencia y Lada IV, con 347 MW. El primero de ellos deberá cerrar antes de 2015 al no superar los requisitos medioambientales fijados por la Unión Europea y el segundo, que sí está adaptado tras millonarias inversiones (que incluyeron al construcción de una planta desulfuradora) apenas tiene actividad actualmente, ya que utiliza carbón de importación y el real decreto para incentivar el consumo de mineral autóctono da preferencia a las térmicas que queman carbón nacional. Por potencia también destacan la central hidráulica de HC Energía en el sistema de pantanos de Tanes y Rioseco, con 123 MW, y la térmica de Hunosa de La Pereda, en Mieres, con 50 MW y que quema el carbón de la empresa estatal. El resto de instalaciones son minicentrales hidráulicas situadas en los cursos altos de los ríos de las Cuencas. Son las minicentrales de La Coruxera (1 MW), en Laviana; Murias (6,6 MW), La Paraya (2,6 MW) y San Isidro (3,2 MW), en Aller, y Parana (2,7 MW) y Barbao (5,5 MW), en Lena.

Con esos proyectos que manejaban las compañías eléctricas la potencia instalada en las Cuencas se podría multiplicar casi por tres. Sin embargo, casi todos los planes están en suspenso e Iberdrola, que anunció hace casi un lustro la construcción de una central de ciclo combinado en Lada con dos grupos de generación con una potencia de 1.100 MW y una inversión de 460 millones de euros, ha renunciado a su proyecto. La compañía ha esgrimido un informe de Red Eléctrica de España, en el que se constata la imposibilidad de evacuación de la energía de la planta a la red de transporte, para frenar el plan y recuperar los avales que había presentado para ponerlo en marcha. Las dificultades de evacuación de la energía están ligadas al bloqueo de la línea eléctrica Sama-Velilla, que no acaba de ver la luz tras años de tramitaciones.

El otro proyecto de central de gas, el ciclo combinado de La Pereda, permacenece paralizado. La compañía Endesa, en alianza con Hunosa, tenía previsto invertir unos 250 millones de euros en una central de 400 MW de potencia en terrenos anexos a la actual térmica de carbón de la La Pereda. La tramitación se inició en 2007 pero los efectos de la crisis, con la caída de demanda eléctrica, y de las políticas energéticas han dejado en suspenso el proyecto. El plan estratégico de Endesa para el periodo 2011-2015, presentado por la compañía recientemente, no incluye el ciclo combinado de La Pereda.

Hunosa y Endesa también pretendían poner en marcha parques eólicos en las Cuencas. La compañía estatal minera y Ecyl, una filial de la eléctrica, llegaron a un acuerdo para crear la sociedad Eólica de la Cuenca Central Asturiana, S. A.(Ecca, S. A.) con el fin de instalar aerogeneradores en antiguos terrenos mineros o en zonas convenientes de las Cuencas con una potencia de hasta 150 MW, que es el máximo autorizado para el área central según las directrices regionales. El presidente de la compañía, Juan Ramón García Secades, había desvelado en 2009 que Hunosa ultimaba los acuerdos para construir el primer parque eólico convencional de las Cuencas en el cordal de Longalendo, entre los concejos de Aller y Mieres, y que la compañía mantenía negociaciones avanzadas para ejecutar la instalación de un parque de autoconsumo en San Víctor, en Mieres, pero de momento esos planes no han salido adelante. El proyecto de Longalendo generó una ventolera de críticas en los concejos de Mieres y Aller, cuyos ayuntamientos mostraron su oposición al proyecto y destacaron que la zona está integrada en el Paisaje Protegido de las Cuencas.

Tampoco acaba de ver la luz el proyecto energético de Ceprastur, sociedad integrada por HC Energía, Cadasa y el ayuntamiento de Sobrescobio. La sociedad pretende construir una minicentral hidráulica a los pies de la presa de Rioseco con una potencia de 3,5 MW que producirá 6,7 millones de kilovatios al año a partir de la energía potencial del caudal de agua que Cadasa está obligada a restituir desde el pantano de Rioseco al río Nalón, del necesario para el funcionamiento de una piscifactoría situada aguas abajo y del que se vierte por el aliviadero en la presa existente. El Ministerio de Medio Ambiente dio luz verde al proyecto en febrero de 2009, con la declaración de impacto ambiental favorable, pero desde entonces el plan para construir la que sería la segunda central hidroeléctrica del parque natural de Redes permanece paralizado.

En el aire también quedó la central minihidráulica prevista por la firma Riomañón Energía, S. L. cerca de la localidad allerana de Casomera, que pretendía aprovechar las aguas del río Aller. El Ayuntamiento, que aprobó hace años una moratoria para frenar este tipo de iniciativas, no respalda el plan.