Mieres del Camino,

C. M. BASTEIRO

Trubia es marrón en otoño, verde en primavera y, a veces, blanca en invierno. Como buena parte de las localidades asturianas. Pero allí la luz es caprichosa y juega con los colores. Por el día, la fábrica de armas, omnipresente en la localidad ovetense, tiene tonos oscuros, pero cuando anochece, el tejado se empieza a cubrir de un vistoso violeta. Esa luz que transforma Trubia, es captada a diario por los ojos y el pincel de artista de María Jesús Rivero. Esta pintora, natural de Granada pero enamorada de la luz de Asturias, expone su colección en el salón Cajastur de Mieres, bajo el título «Trubia, cambios cromáticos, color y materia», hasta junio.

La exposición consta de 28 cuadros que plasman la localidad ovetense en distintos momentos. La primera pintura, que la artista pone como punto de salida en el recorrido por su exposición, se titula «Primavera en Trubia». Es un cuadro que Rivero pintó «hace unos años, cuando llegué al pueblo por primera vez» y que muestra una localidad luminosa y verde. Además de obras sueltas, la colección cuenta con dos series, la de «Cuatro estaciones» y la de «Lluvias de Trubia».

Los fenómenos meteorológicos tienen un especial protagonismo en esta muestra de Rivero. Tanto es así, que la pintora ha plasmado en un cuadro la inundación que sufrió Trubia el pasado año, un momento que le tocó muy de cerca. «El agua entró en un sótano y se llevó parte de mi trabajo de los últimos 20 años», explica. María Jesús Rivero ha sabido captar en su cuadro la desolación que provoca el temporal de lluvias y el brillo que deja tras de sí el agua.

Esta pintora, que nació en Granada en el año 1965, es toda una experta en plasmar la luz en sus obras. Se enamoró de Asturias precisamente por su luz y convirtió a la región en su principal fuente de inspiración. «Me gusta los cambios de tonos que se producen en las distintas horas del día, y en los distintos momentos del año», señala María Jesús Rivero. Además de jugar con el color, también se mete con las texturas y crea relieves con la paleta y los óleos.

María Jesús Rivero dice que aprendió a pintar de pequeña y, hasta ahora, no ha dejado de hacerlo. Comenzó a «vivir» del arte en 1991, y actualmente se dedica a dar clases en su taller y a su propio trabajo creativo. La exposición sobre Trubia, un auténtico estudio cromático de la población, estará en Mieres hasta el 1 de junio y luego recorrerá los salones de Cajastur de Avilés, Gijón y Langreo.

Rivero hizo el primer cuadro de esta colección en 2006, cuando se trasladó a la localidad ovetense y se encontró a Trubia con los colores de la primavera. Además de a los cambios de luz, la artista muestra especial atención al río Trubia y su relación con los habitantes de la localidad. «El cauce es toda una inspiración para mí», afirma.