Tuilla (Langreo), E. PELÁEZ

Gaspar García Laviana «era un hombre sencillo, fiel a sí mismo y comprometido con el pueblo en el que le tocó servir», aseguraba ayer en Tuilla Juana María García, portavoz del colectivo que organizó un homenaje al sacerdote de la orden de los Misioneros del Sagrado Corazón coincidiendo con el 33º aniversario de su fallecimiento. Tenía, añadió la integrante de la Asociación Cantoría Gaspar García Laviana, «un gran corazón y amó sin dar un paso atrás, llegando a dar su vida» el 11 de diciembre de 1978 con 37 años cuando luchaba en defensa del pueblo nicaragüense en el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

El emotivo acto se celebró ante el monumento dedicado al sacerdote en el núcleo en el que vivió tras trasladarse con su familia desde su localidad natal, Les Roces (San Martín del Rey Aurelio). Dos integrantes de la asociación asturiana Gaspar García Laviana, Lidia Fernández y Javiera García Cuetos, fueron las primeras en intervenir. «Queremos que tu memoria siga viva aquí entre nosotros y en Nicaragua», señaló García Cuetos, que destacó el papel del sacerdote como «baluarte del triunfo de la revolución». Además, quiso agradecer a García Laviana su «valentía», «generosidad» y «espíritu solidario». Concluyó sus palabras con unos versos del obispo brasileño Pedro Casaldáliga dedicados al sacerdote.

También Juana María García recurrió a un poema, «Invictus» de William Ernest Henley, un canto a la fe, a la libertad y a la resistencia humana enfrentadas a los momentos más desoladores de la existencia. Por su parte, Lidia Fernández, presidenta de la asociación Gaspar García Laviana, una organización no gubernamental con fines humanitarios y sociales, subrayó que el trabajo del colectivo es «un grano de arena en un desierto pero importante para el pueblo nicaragüense». Hizo hincapié en que actualmente «no hay justicia social en muchas zonas del planeta».

La asociación, fundada en 1987, «sigue los mandatos de Gaspar García Laviana» y trabaja en Nicaragua. «No sabemos si Gaspar llamaría a rebelarse si viese la situación actual de Europa», señaló Fernández. «Ante la actual crisis de valores hay dos opciones, hundirse en la miseria moral o adquirir conciencia e intentar cambiar el panorama. Creo que esto último es lo que haría Gaspar», afirmó. Cerró el acto, antes de que sonase el himno de Asturias interpretado por la gaita y el tambor, el salvadoreño César Ochoa, que estaba de visita por Asturias y decidió sumarse al homenaje. «Hombres como Gaspar García Laviana, el comandante Martín, hacen que sigamos soñando con que otro mundo es posible. Dejó su vida e inyectó mucha ilusión entre los nicaragüenses», señaló.

Mañana a las ocho de la tarde se oficiará una misa en recuerdo a García Laviana en la parroquia de Santa Cruz de Jove, en Gijón. Además, el próximo jueves el auditorio de Oviedo acogerá un concierto cuya recaudación será destinada a la Fundación Gaspar García Laviana para construir una escuela-comedor en Granada (Nicaragua).