En primer lugar quiero agradecer la amable invitación para participar en vuestra asamblea anual. Siempre es importante sentirse querida y actos como éste hacen que una note el aprecio de los compañeros, que es algo que nunca sobra, y más en los tiempos que corren, con los retos que hemos de afrontar en Hunosa y en toda la minería del carbón. Por ello, gracias por la invitación.

Es para mí un honor poder compartir este rato con los miembros de una Asociación que hunde sus raíces hasta mediados del siglo XIX, cuando se mandó establecer en Mieres la Escuela de Capataces de Minas. Creo que la primera promoción echó a caminar en 1858. Ya entonces se inició la discusión sobre la necesidad de integrar a los profesionales, denominados por aquella Capataces de Minas y Fábricas, en una asociación.

Pese a lo temprano del debate, el colectivo no se crearía sin embargo hasta 1902, año en el que se considera que nació la Asociación de Capataces de Minas, Hornos y Máquinas, que, décadas más tarde, en 1931, sería la entidad regional más importante de cuantas se integraron en la Federación Nacional de Asociaciones de Capataces de Minas. Como podéis comprobar, cómo no va a ser para mí un placer participar en este acto junto a vosotros, que constituís la historia viva de la minería.

Así que, si antes os decía que siempre es importante notar el aprecio de los compañeros, ahora subrayo que, cuando toca dirigir una empresa hullera como Hunosa, en momentos como éste, nunca está demás sentirse respaldada por los profesionales del sector, sobre todo si hay tanto en juego y el camino nos anuncia desafíos trascendentales.

Nuestro país vive un momento extremo, crítico podríamos decir, con una grave crisis económica que debemos afrontar con valentía, esfuerzo y sacrificio. Toda España está en ello y Hunosa no puede mirar hacia otro lado. En Hunosa vamos a arrimar el hombro -los mineros asturianos ya demostraron otras veces que saben hacerlo- y vamos a tirar del carro porque,lo que resulte bueno para Hunosa, será bueno para Asturias, donde seguimos representando casi el dos por ciento del PIB, contribuimos a sostener unos diez mil empleos, entre directos e indirectos, y mantenemos vínculos con cerca de cincuenta mil familias. Por ello, subrayo, en Hunosa vamos a arrimar el hombro acometiendo medidas contundentes que quizás no nos gusten demasiado pero que son totalmente necesarias.

Somos unos privilegiados, los que ya no estáis en activo, por haber trabajado en una empresa como es Hunosa, y los que estamos en activo, por poder mantener el empleo. Yo no cuento con cerrar en mayo como anuncian algunos, pero sí os digo, os recalco, que sacar esto adelante precisa de la colaboración de todos. Se trata de nuestra empresa. Serán necesarios esfuerzos de todo tipo, esfuerzos en la gestión y esfuerzos personales, esfuerzos en Asturias, en Madrid y en Bruselas, pero no me asusta, yo ya estoy en ello? Me he sometido a mí misma y a los miembros de mi dirección, que apenas llevan un mes en el cargo, a un fuerte ajuste y, a día de hoy, puedo asegurar que mi equipo directivo le costará a la empresa pública menos de la mitad de lo que costaron sus antecesores. Vamos a trabajar más y vamos a cobrar menos. Todos debemos entenderlo: se acabó la carta, ahora hay menú.

El esfuerzo de los ingenieros técnicos, como el del resto de los trabajadores, aunque el vuestro de forma especial, resultará fundamental. Los miembros de la Asociación Profesional de Ingenieros Técnicos en Minería atesoráis muchos de los valores que precisa Hunosa en esta etapa y mi dirección reconocerá siempre la colaboración y el trabajo de todo aquel que sepa estar a la altura de estas circunstancias.

Hunosa necesita gente dispuesta a pelear en todos los frentes, que no se venga abajo ante los contratiempos, gente que crea en las posibilidades de la empresa, profesionales entregados que disfruten con su trabajo, que sepan responder a los problemas, que tengan recursos para afrontarlos?

No sé vosotros, pero yo voy a pelear, estoy convencida de que con esfuerzo, sacrificio, la ayuda de todos y la protección de nuestra patrona Santa Bárbara podremos aguantar el envite de la crisis y lograr una compañía diversificada capaz de mantener un nivel de empleo fundamental para el futuro de las Cuencas. ¿Lo contrario que sería? ¿Resignarse? Sinceramente, creo que no podemos bajar la cabeza y dejar desaparecer nuestra empresa sin dar la batalla? Ya os digo, yo voy a pelear, ya lo estoy haciendo, y sólo quiero saber si estáis conmigo o estáis a otras cosas.

Tenerlo presente, Hunosa forma parte de nuestra historia, de la historia de nuestros abuelos, de nuestros padres y, si somos valientes, formará parte también de la historia de nuestros hijos. Por todos ellos, debemos dar la talla. Muchas gracias.