Langreo / Degaña,

L. M. D. / P. R. / Agencias

Aproximadamente la mitad de los trabajadores del primer relevo (el de mañana) del pozo María Luisa de Hunosa (situado en Ciaño, Langreo) se negaron ayer a trabajar ante la «situación de completa inseguridad» en la que se encuentra el sector del carbón. Estos trabajadores, que afirmaron actuar de forma «espontánea» tienen además previsto seguir adelante con su protesta a modo de paro indefinido.

Según informaron los propios trabajadores, a primera hora de la mañana, antes de entrar al tajo, los integrantes del primer turno celebraron una asamblea improvisada y que tuvo lugar debido al descontento de varios mineros con «todas las informaciones que estamos conociendo estos días», como el anuncio del final de las ayudas a la minería, tanto las relativas al incentivo de la venta de carbón a las centrales térmicas como las destinadas a la extracción de mineral.

En la asamblea, los mineros decidieron que no entraran a trabajar aquellas personas que no estuvieran dispuestas a hacerlo «con toda la situación que rodea a la minería». Al final, se quedaron fuera 23 mineros. La intención de esta acción, llevada a cabo al margen de las plataformas sindicales, es que el movimiento se extienda por los distintos pozos mineros de Hunosa en los próximos días. «Hay que reforzar la presión», indicaron los mineros, que mostraron además su profunda «preocupación» por el futuro de un sector muy tocado por la crisis.

En sus reivindicaciones, los mineros explicaron que la pérdida de empleo en el sector en los últimos años está siendo brutal. Pusieron el ejemplo del pozo María Luisa, en el que hace dos décadas trabajaban alrededor de 1.600 personas. Hoy en día son 208.

Por otra parte, varias decenas de mineros impidieron ayer el transporte de carbón por la conocida como pista privada de Valdeprao. Esta carretera, que no es púbica, une Cerredo (Degaña) con la carretera que va de Villablino a Ponferrada, en la provincia de León, y es la que se utiliza para el transporte del carbón de las compañías del empresario Victorino Alonso.

Los mineros no cortaron la carretera en sentido estricto, sino que pararon a los camiones que circulaban por ella cargados y dejaban pasar al resto, así como a los turismos y a los vehículos comerciales que suelen circular por ella, ya que es más corta y rápida para quienes salen de Asturias hacia Ponferrada y se suele usar con regularidad por los habitantes de la zona.

Esta es una de las primeras medidas de presión que adoptan los mineros tras los recientes Expedientes de Regulación de Empleo masivos de extinción que Alonso ha decidido aplicar a sus explotaciones en general, y a las del suroccidente de Asturias en particular.