Desde julio hasta la primera semana de septiembre familias langreanas acogerán a ocho de los 260 niños saharauis, de entre 8 y 12 años, que llegan este verano a Asturias gracias al programa "Vacaciones en Paz". Se trata de un proyecto que la Asociación Asturiana de Solidaridad con el pueblo saharaui, en colaboración con la Delegación Saharaui, lleva poniendo en marcha desde hace unos años con el objetivo de estrechar lazos y "sacar a los niños del infierno del verano en los campamentos", según palabras de Yahya Edjil, delegado saharaui en Asturias.

El Ayuntamiento de Langreo celebró ayer con un acto la llegada de los niños, que ya están con sus familias de acogida desde el 6 de julio. El alcalde, Jesús Sánchez, quiso mostrar la satisfacción, no solo política sino también personal, que supone para él la llegada de los niños por su "modesta relación con el pueblo saharaui".

Sánchez acogió por primera vez hace unos diez años a Badiha, un niño saharaui que pasó con él cinco veranos. Durante todo ese tiempo, el actual alcalde de Langreo tuvo la oportunidad de conocer en primera persona la situación real que viven los saharauis, ya que el programa "Vacaciones en Paz" permite a las familias de acogida visitar el campamento un par de veces al año, en diciembre y en Semana Santa. "Son cosas que te calan además de en la conciencia política, en la conciencia personal, porque pones cara a la situación. Yo los considero como una familia, suelo hablar con ellos a menudo, por teléfono, por Facebook... Tenemos una relación como la de cualquier familia que viva lejos".

Después de cinco años, Badiha superó el límite de edad para poder venir y pasaron dos años hasta que Sánchez acogió a su hermano Yagub. "Me gusta ir a la playa cuando estoy aquí", afirmaba el pequeño con una tímida sonrisa durante la recepción. "Además del compromiso con la familia, también tenemos compromiso con la problemática. Estamos hablando de un pueblo que fue español. Lo lamentable es que los gobiernos que estuvieron a lo largo de la democracia los abandonaron todos sin excepción. Ellos mismos tienen el sentimiento de que se les ha abandonado, aunque les ha abandonado el gobierno, no el pueblo", admitió el alcalde.

El delegado saharaui en Asturias, Yahya Edjil, ve la acogida como una posibilidad para fortalecer los lazos culturales históricos con las familias españolas y para que los niños puedan conocer otra cultura: "Es también una oportunidad para que los pequeños hagan revisiones médicas y sobre todo, para salvarles de las temperaturas extremas que se alcanzan en verano. Podemos llegar a los 60 grados, 55 a la sombra. Son embajadores de nuestra causa, llegan a donde nosotros no podemos llegar, los corazones de los españoles".