Rape, golondru, dorada, tiñosu, maragota... son algunos de los pescados de roca menos apreciados pero que, sin embargo, han formado parte de la dieta de los pescadores del Cantábrico desde hace muchos años. Fernando Viñuela, jefe de cocina del restaurante El Veleru, en Gijón, fue el encargado de descubrírselos a los alumnos de la escuela de hostelería del IES Valle de Aller, durante un "show-cooking" que se organizó esta semana.

La temática era la cocina marina del Cantábrico y el chef aprovechó la ocasión para explicarles cómo realizar una caldereta de pescado al estilo asturiano. "Un plato de pescadores, preparado en caldero con pescado de roca y muy sabroso", destacaban en el centro. Los alumnos no perdieron detalle de los consejos del cocinero y aprendieron una lección, sobre todo a la hora de elegir pescado para preparar su plato. De hecho, el restaurante de la escuela de hostelería se centraba esta semana en el Cantábrico, con un sabroso menú en el que se alternaban platos típicos de toda la costa, desde Galicia hasta el País Vasco. La comida se abría con una empanada gallega de sardinas a la que sigue una sopa de pescados y mariscos del cantábrico. Después un sorropotún o marmita de bonito, además de un bacalao club ranero -un bacalao al pil pil típico de la cocina bilbaína-, y finalizando con una costilla de ternera asturiana a la sidra. El menú del Cantábrico todavía se podrá degustar en la jornada de hoy al precio de 12 euros, y siempre previa reserva.

Por otro lado, los alumnos de la escuela de hostelería del IES Valle de Aller abandonaron los fogones del centro de forma momentánea para participar en las II Jornadas de Mediación y Resolución de Conflictos. Un seminario que ofreció Celeste Intriago, formadora de la ONG Movimiento Asturiano por la PAZ y estuvo dirigido a los alumnos de primero de Cocina y Gastronomía, y primero de Dirección de Cocina, en colaboración con el CPR Nalón- Cuencas. La escuela es, junto con la vivienda familiar, el espacio más importante de socialización de los jóvenes. Además de adquirir conocimientos sobre diferentes materias curriculares, aprenden y experimentan el funcionamiento de la sociedad en la que se vive.

"Mejorar la convivencia supone crear escuelas integradoras y que fomentan el ejercicio de la responsabilidad y la democracia y el desarrollo de valores en todas las personas que forman parte de la comunidad educativa", destacan desde el centro allerano. De este modo, los alumnos adquirieron conocimientos sobre el conflicto, la importancia de la comunicación y los diferentes métodos para resolver los conflictos, entre los que se encuentra la negociación y la mediación.