Los vecinos de Mieres llevan años quejándose del ruido que se produce en la autovía entre Campomanes y Oviedo (A-66), y finalmente esta demanda ha tenido respuesta en la Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, que incluyó la villa dentro de las cuatro ciudades del país que más sufren esta afección. Junto a lo que ocurre en Mieres, Becerril cita a la SE-30 en Sevilla, la M-40 en Madrid y la autopista Costa del Sol, en Málaga, dentro del informe anual que presentó en el Congreso de los Diputados.

El objetivo es conseguir que el Gobierno ponga medidas para limitar la exposición al ruido ambiental urbano por sus implicaciones sobre la calidad de vida y la conservación del entorno. Algo que, en el caso de Mieres, se solventaría con la instalación de pantallas acústicas que absorbieran el sonido que producen los coches en la autovía a su paso por el casco urbano de Mieres. Un ruido que, en el caso de las viviendas que están pegadas a la infraestructura, es ensordecedor y dificulta en gran medida el desarrollo de las tareas cotidianas, tal y como han asegurado los propios afectados.

El informe de la Defensora del Pueblo destaca el ruido de estas carreteras, ya que las quejas por contaminación acústica, especialmente las generadas por grandes infraestructuras, son las más numerosas. Becerril también destaca estas últimas debido a la población afectada, que es muy numerosa, así como por los retrasos del Gobierno central a la hora de ponerles fin. Soledad Becerril también argumenta en su informe cuestiones como la irrelevancia de que las viviendas se hayan construido antes o después de la infraestructura o que se precise la elaboración de un mapa de ruidos para tomar las correspondientes medidas contra la contaminación acústica.

En el caso de Mieres, no es la primera vez que llega este asunto al Ejecutivo central. De hecho reconoció el problema, pero no llegó a destinar las partidas necesarias para implantar las deseadas pantallas acústicas que reducirían en gran medida el ruido que se produce en esta infraestructura que es la principal conexión con la meseta por carretera, siendo utilizada por miles de vehículos, tanto turismos como camiones, a lo largo del día. La inoperancia de la Administración central obligó a los vecinos afectados a crear una plataforma que, además de Mieres, también sumó a otras localidades afectadas por la A-66, como Olloniego (Oviedo) y Pola de Lena, cuyos habitantes aseguraron ser víctimas de los mismos problemas que hay en Mieres. La plataforma llegó a ponerse en contacto con el Gobierno para exigir una solución a su problema e, incluso, se accedió a la Unión Europea, viendo la falta de respuesta por parte del Ejecutivo central.