El Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) de la Universidad de Oviedo cumplirá el próximo mes veinte años de vida. La entidad lleva en el edificio de investigación del campus de Mieres desde 2011, aunque su primera ubicación, en la que se pasó catorce años, fue el chalet de Figaredo. El CeCodet nació de la mano del rector Santiago Gascón, "un rector magnífico, eficaz y generoso", como explicaba ayer el director del centro, Fermín Rodríguez. Durante este tiempo, la entidad ha gestionado más de 150 proyectos y contratos y editado más de cuarenta publicaciones, por cifrar algunos de sus logros. También ha recibido alumnos, ya que el centro organizó dos másteres, pasando por sus instalaciones más de seiscientos alumnos durante todo este tiempo.

Fermín Rodríguez prefiere no hablar de cifras y sí de etapas. Cuenta que la puesta en marcha del CeCodet "no nació de la improvisación, sino que estuvimos más de un año preparándolo". Previamente a su denominación actual, "ya trabajamos en el desarrollo territorial con la intención de colaborar con la sociedad y sacar la Universidad de Oviedo de sus paredes y llevarla al exterior". Los gestores del centro trabajaron con el primer programa "Leader" en el que se constituyeron los grupos de acción social, más tarde sacarían un primer máster para formación de los que trabajaban en desarrollo local, "que fue el primer curso con nivel máster en Europa", apuntó Rodríguez. De esta época, el director del CeCodet también destacó la contribución para cambiar la denominación del parque de Covadonga por el de los Picos de Europa. Por último, sacaron la extensión universitaria de Oviedo y Gijón al resto del Principado.

La creación del centro llegaría en 1996, aunque no se instalarían en Figaredo hasta dos años más tarde. Fue allí donde nacieron los másteres de Desarrollo Local, y Gestión Urbanística y Ordenación del Territorio. Del chalet de Figaredo, Fermín Rodríguez destacó que "se convirtió en el centro de reunión del pueblo, ensayaba la rondalla y los niños asistían a clases de informática; además, en los jardines se ofrecían las noches musicales de San Juan". Esta época también destacó por la internacionalización lograda con la red "Eurexcter", que reunía ciudades y universidades europeas. También se desarrolló otro de sus buques insignia, la Universidad Itinerante del Mar (UIM). Su puesta en marcha se debía, como explicó el director del CeCodet, a que "los estudiantes reciben una formación disciplinar, pero les falta un cemento que la integre y que sí conseguía la UIM".

La ampliación del campus de Mieres, con la inauguración de las instalaciones deportivas, la residencia de estudiantes y el edificio de investigación, conllevó también el traslado del centro a la villa. En esa época, el CeCodet ya había iniciado su desembarco en el continente americano, aunque cristalizaría más tarde con la creación de centros a imagen y semejanza del asturiano en México y la República Dominicana, "donde cumplimos la tercera función de la Universidad, la cooperación para el desarrollo". Para conmemorar su vigésimo aniversario, el CeCodet no prepara un evento de grandes magnitudes, algo que no parece ir con su filosofía de trabajo. En cambio, como apuntó Rodríguez, "sí prepararemos una memoria o balance de los realizado estos años que presentaremos a la sociedad".