El juzgado de lo Penal número 1 de Langreo ha condenado a tres meses de prisión por un delito de maltrato animal a un ganadero, que responde a las iniciales M. M. F., que obligó a despeñarse a dos potros que deambulaban por la "Y" de Bimenes, a la altura de San Martín del Rey Aurelio. También le ha impuesto una pena de inhabilitación para el ejercicio de profesión, oficio o comercio relacionado con los animales de raza caballar durante tres años y la indemnización al Ayuntamiento de San Martín del Rey Aurelio con 180 euros. Esa es la cuantía que abonó al veterinario que tuvo que sacrificar a uno de los potros dada la gravedad de las heridas.

Los hechos ocurrieron el 30 de enero de 2015 cuando sobre las cuatro y media de la tarde agentes de la Policía Local observaron que varios caballos se habían introducido en la carretera. Cuando ya los tenían en una zona verde llegó el ganadero que, tras manifestar a los agentes que los animales no eran suyos, los empujó hacia una zona sin vallado.

Los dos potros cayeron desde una altura de seis metros y medio al viaducto y uno de ellos tuvo que ser sacrificado posteriormente al sufrir daños medulares irreversibles. La potra logró salvarse tras saltar, aunque quedó coja de los cuartos traseros. Ninguno de ellos tenía microchip y no se pudo identificar a sus propietarios.

El juez considera que el ganadero causó la "muerte injustificada" del potro. Afirma que "no es comprensible" considerar que los caballos fuesen salvajes, tal y como aseguró la defensa de M. M. F. El magistrado indica asimismo que "de la prueba cabe inferir que los animales pertenecían al acusado" que acudió a la AS-119 al enterarse de lo que ocurría y "trató de evitarse problemas de custodia y traslado de dichos animales empujándolos o emburriándolos al vacío, cuando vio que no pudo sujetarlos". Después apareció en la zona donde habían caído.

El ganadero negó en el juicio haber provocado de forma deliberada la caída de los animales por un talud y aseguró que el incidente se produjo cuando trataba el "echar el lazo" a uno de los caballos para prestar ayuda a los agentes de la Policía Local, "como hice muchas veces". El juez ha tenido en cuenta a la hora de imponer la pena un informe del Seprona que constata el estado de abandono y falta de control de los caballos que son propiedad del ganadero, que carecen de chip identificado correspondiente. El juicio se celebró el pasado mes de abril en el Juzgado de lo Penal número 1 de Langreo.