El salón de actos de la Casa de Cultura de La Felguera se quedó pequeño para albergar a los numerosos lectores, admiradores y amigos que quisieron acompañar al escritor langreano Javier García Cellino en la presentación de su nueva novela, "La resurrección de Richard Wagner". Se trata de la cuarta incursión del autor en el mundo de la narrativa si bien el colaborador de LA NUEVA ESPAÑA cuenta en su haber con nueve libros de poesía y numerosos galardones tanto en su faceta de novelista como de poeta. La organización del acto corrió a cargo de la Asociación Cultural "Cauce del Nalón" con la colaboración del Ayuntamiento de Langreo y el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

Francisco Lauriño, como miembro del colectivo organizador fue el encargado de abrir el turno de intervenciones y después de una breve alocución dio paso a la editora Marta Magadán. "Javier se ha ganado un lugar en el mundo de la poesía y también ha llamado, con éxito, a las puertas del cielo narrativo" aseguró Magadán. Según la editora, "el libro nos traslada a una ciudad ocupada por los nazis en la que muchos años después, un hombre buscará a la antigua compañera de su abuelo fusilado".

Carmen Suárez tomó la palabra en sustitución de Luis Arias, que sufrió una indisposición de última obra y subrayó que "lo hago en calidad de amiga de Javier y porque he tenido la suerte de leer en primicia sus libros". Suárez trazó una preciosa y precisa semblanza del escritor, a quien definió como "un poeta que escribe prosa" y de la novela, que "habla del arte y del amor pero también de la crueldad y el horror, si bien después de leerla queda claro que por encima de todo siempre existirá la belleza".

"En 'La resurrección de Richard Wagner' intento manifestar que el arte es universal y nos pertenece a todos" expresó su autor, no sin antes agradecer "la fidelidad de los que siempre me acompañáis en actos como este". Al mismo tiempo, se mostró convencido de que "escribir no es un acto solitario sino que tiene una vertiente pública" y aseguró que "los escritores tenemos la obligación de mostrar lo que pasa en la sociedad". El escritor también habló del premio "Ategua" conquistado por la novela "muy modesto económicamente pero sumamente valioso como reconocimiento literario" y dejó patente que gusta de "escribir de lo que no conozco" motivo por el cual eligió a un músico como protagonista de su novela. Y es que, según manifestó, "escribir sobre el mundo de la música fue un reto apasionante y la elección de Wagner se debe a que me gustan los personajes controvertidos".

"La novela se desarrolla en dos momentos cronológicos bien diferenciados, los años 1942 y 1988", continuó el autor felguerino, que hizo toda una declaración de intenciones al manifestar que "el nexo que une estas dos fechas es el amor, ya que quise que ese sentimiento universal apareciese como el símbolo de redención que difumine el horror que también destila la novela".