Los trabajadores del Ayuntamiento de Mieres pusieron ayer de manifiesto que aspiran a recuperar la jornada laboral de 35 horas semanales, pero unos están dispuestos a ser más beligerantes que otros a la hora de plantar batalla. Un grupo de empleados públicos firmó ayer un documento que pretenden trasladar al alcalde, Aníbal Vázquez, para que asuma en persona la fallida negociación sobre la organización de horarios. Mientras tanto, estos trabajadores acordaron que serán insumisos en lo que al cumplimiento de la jornada de 37,5 horas semanales se refiere. No acatarán, por tanto, la ley y se expondrán a la apertura de expedientes sancionadores.

Este grupo de trabajadores, la mayoría pertenecientes a lo que popularmente se denomina la Casona, es decir, los que trabajan en las dependencias del propio consistorio, intentaron insistentemente que el comité de empresa respaldase su propuesta. Lo hicieron en el transcurso de una tensa asamblea celebrada en la Casa de Cultura. Finalmente, los delegados sindicales se desmarcaron de esta propuesta, si bien CC OO por momentos pareció apoyarla. "No podemos pedir a los trabajadores que incumplan la ley", explicaron ayer miembros del comité al termino de la reunión. La postura del órgano de representación sindical es la de impugnar la mesa de negociación, alegando que fue irregularmente constituida, iniciando así un contencioso que esperan culmine en la apertura de una nueva negociación con el gobierno local. Ahora bien, los delegados dejaron claro que, hasta la fecha, los gestores municipales de IU "no han mostrado ningún interés en llegar a un acuerdo".

Así, el conflicto laboral que afecta al Ayuntamiento de Mieres se puede explicar a partir de cuatro posiciones. La primera es la del gobierno local, que defiende mantener las 37,5 horas, como establece la legislación vigente. Por otro lado está el comité de empresa, que aún aspira a poder llegar a un acuerdo que permita recortar la jornada, por ejemplo, mediante un cuarto de hora de cortesía a la entrada y salida. Luego está la Policía Local, que ha llegado a un acuerdo para adaptar su jornada laboral a la normativa estatal, haciendo concesiones y beneficiándose de 15 minutos de flexibilidad, que no de cortesía, al inicio y término de la jornada. Esto quiere decir, que un turno podrá alargar o recortar su actividad en función de la entrada del siguiente. Por último está el citado grupo de trabajadores que no acata bajo ningún concepto las 37 horas y media. Alegan para defender su postura que el acuerdo con la Policía Local no cubre la duración establecida de la jornada y piden el mismo trato pese a que las condiciones laborales son totalmente diferentes. Se trata del colectivo que el martes protagonizó una fuerte discusión con el concejal de Personal.