El Ayuntamiento de Aller ha derribado ya dieciocho edificios con su plan municipal contra las ruinas. La última actuación empezó ayer y se centra en la demolición de un inmueble, a la orilla de la carretera general en Caborana, que "estaba en grave riesgo" de caer. Ponía así en jaque la seguridad de conductores y peatones que transitaban por la carretera. "Se dictó una resolución de Alcaldía para la intervención inmediata, en aras de garantizar la seguridad en la vía pública", explicó el alcalde de Aller, David Moreno, durante una visita a las obras de demolición.

Y este es ya el edificio número dieciocho. El plan contra las ruinas empezó en 2011, cuando el gobierno local decidió "poner en marcha medidas para combatir la proliferación de viviendas en estado de ruina". "Por ello, se contempló una partida expresa para acometer las demoliciones de las viviendas objeto de expediente de ruina", añadió ayer David Moreno.

Empezó centrándose en las principales localidades del concejo. La primera casa objeto del plan contra las ruinas estaba también en Caborana, concretamente en la esquina de Ángel del Valle con La Reguera, a unos metros de la demolición actual. El Ayuntamiento acometió, a continuación, una obra muy esperada: el derribo de una gran edificación en la plaza del Doctor Castañón en Cabañaquinta, en el centro de la capital y lugar de paso y estacionamiento para los vehículos. En Moreda, desde el año 2011, también se han derruido varios inmuebles.

El último fue el emblemático chalé de La Cadena. Se trata de un edificio adquirido por el Ayuntamiento a Hunosa que llevaba años amenazando con caer y, según los vecinos, lleno de suciedad y ratas. El derribo duró varios días y obligó a regular el tráfico en la Avenida Tartiere.

En la zona rural, el Ayuntamiento también lucha contra los edificios en estado de ruina. Las primeras demoliciones en pueblos se acometieron en Boo: dos viviendas muy afectadas por las grietas y que estaban a punto de caer, poniendo en riesgo otros inmuebles en el entorno. También se han derruido casas en Levinco, Bello y Murias. El regidor señaló ayer que el plan avanza "despacio, pero sin parar". El principal motivo para las demoras no es la economía, sino la farragosa tramitación.