"Vinieron a matarme; casi no lo cuento". Así relataba en la mañana ayer Á. H. H., vecino de El Entrego de 47 años y víctima del tiroteo de la Felguera, los tensos momentos vividos en la madrugada del pasado domingo en un local de copas del barrio de La Pomar. Á. H. H. recibió tres disparos en las piernas y tuvo que ser operado para extraerle uno de los proyectiles.

Junto a la escayola de su pierna derecha y las heridas de la izquierda, Á. H. H. también presenta numerosos golpes por todo el cuerpo. El más importante le provocó una gran brecha en la cabeza. "Vinieron con palos y me dieron una paliza. Como vieron que me levantaba, uno de ellos me disparó", esgrimió la víctima del tiroteo, que añadió: "Los conozco, pero no he tenido ninguna disputa con ellos. No lo entiendo". Á. H. H. cree que "venían a matarme porque, de lo contrario, no me habrían pegado esos garrotazos en la cabeza. Tuve suerte porque yo estaba en una zona en la que había un poco de plataforma y los disparos me dieron en las piernas porque ellos estaban más abajo. Creí que no lo contaba".

La víctima del tiroteo de La Felguera asegura que "otra muestra de que venían a por mí es que la segunda vez, el que me disparó tenía puestos unos guantes, imagino que para no dejar huellas en la pistola", apuntó ayer el hombre, arropado por sus familiares y amigos.

Á. H. H. fue operado de urgencia en la mañana del domingo, ya que uno de los tres proyectiles se le había quedado alojado en el cuerpo. Todavía le queda por delante un lento proceso de recuperación. "Me han dicho que tendré que pasar al menos un mes en silla de ruedas y también tendré que hacer mucha rehabilitación, pero espero que todo salga bien y recuperarme pronto", apostilló.