El misionero Juan Linares, presidente de la ONG Jóvenes y Desarrollo, pasó cuarenta años en la República Dominicana rescatando a jóvenes que, por razones diversas de la vida, habían acabado en la calle o estaban a un paso de hacerlo. Sin futuro. Sin familia. Sin mucha esperanza a la que agarrarse. Su lema es claro. "Vale más construir escuelas que cárceles", asegura. Sobre esa frase cimentó toda su trayectoria de ayuda a una comunidad deprimida social y económicamente. De esa larga trayectoria guarda cientos de anécdotas y de historias de superación que ayer expuso al público mierense que se dio cita en la Semana Solidaria, que organiza la Fundación Juan Soñador.

Una de las historias que atesora es la de un joven dominicano al que rociaron con fuego y luego prendieron fuego. Fue víctima de una broma macabra. Las heridas fueron tremendas, recuerda. Pero la vida le dio una segunda oportunidad. Una familia que ya tenía otros siete hijos lo acogió en su seno y lo crió. Y el propio Linares se encargó de enfocarle hacia un futuro mejor. Ahora es un prestigioso ebanista. Muchos de los muchachos que rescataba de las calles al final, explica, acababan convirtiéndose en educadores de otros jóvenes. "Eran los mejores en esa labor", señala.

En esas cuatro décadas que pasó en el país del Caribe presume de haber involucrado en estos proyectos solidarios a grandes empresas tanto locales e internacionales. Todo con el mismo objetivo: echar un cable a los que menos tienen. Pero a cambio de darles una formación. Un futuro. Una esperanza. "También hacíamos mucho trabajo con las familias de los chicos, especialmente con sus madres, muchas veces empezábamos de cero con ellas porque había que alfabetizarlas, las dignificábamos como personas", destaca.

República Dominicana es un país de contraste, añade Linares, "hay unas brechas entre una población muy rica y otra muy pobre". El líder de la ONG, que hace un año regresó a su España natal, lleva con orgullo haber conseguido reducir algo esas diferencias y haber ayudado a redistribuir mejor la riqueza entre la población. Linares compartió mesa de debate con Ángela Sánchez representante de la Fundación Amaranta de Gijón que habló de la explotación de las mujeres.