¿Cuántas probabilidades hay de que se estropee un telesilla y haga necesario un rescate? El director de la estación de Valgrande-Pajares, Javier Martínez, asegura que "hace años que no tenemos ningún rescate de este tipo". El último de estas características se dio en Sierra Nevada. Sin embargo, eso no quita para que los complejos invernales tengan que hacer los correspondientes simulacros, como el que se realizó ayer en la estación lenense, donde además del personal de Pajares también intervinieron bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) y los voluntarios de Protección Civil de Lena.

Las condiciones ayer en la estación eran inmejorables. No había nieve, la temperatura no bajaba de los siete grados centígrados y lucía el sol. "Pero eso no suele ocurrir cuando tenemos que hacer un rescate, todo lo contrario, las condiciones suelen ser más extremas", apunta Martínez. La hipótesis del simulacro era que el remonte del Brañillín había tenido una avería mecánica y se había quedado parado. Este remonte, al igual que el resto, cuenta con un motor primario eléctrico y uno secundario de combustión por si falla el primero, pero en el caso del simulacro de ayer no funcionaba ninguno de los dos. En el remonte pueden estar a la vez un millar de personas, de darse esa situación, aunque el personal de la estación es autosuficiente para este tipo de rescates, podría precisar ayuda complementaria como la que estuvo ayer en el simulacro.

Tras parar a las "víctimas" junto a la pilona número tres, un grupo de rescatadores ascendió hasta la pilona. Uno de ellos se colgó de los cables del remonte y fue hacia la silla parada de forma manual. Una vez allí, colocó un arnés integral a cada una de las víctimas, que fueron bajado con una cuerda hasta tocar el suelo. En este caso, estaban en una altura de unos doce metros, pero en los remontes hay zonas de hasta 65 metros, concretamente en los vanos, lo que añadiría más peligrosidad al rescate.

La segunda parte del simulacro se frustró nada más empezar. Y es que los bomberos del SEPA habían trasladado un helicóptero hasta la estación invernal para hacer el rescate de forma directa. Sin embargo, justo cuando iba a descolgarse el rescatador, recibieron un aviso para un rescate marítimo en Ribadesella y tuvieron que abandonar la zona.

En total, en el simulacro de ayer en Valgrande-Pajares participaron unas veinticinco personas entre rescatadores, personal médico, piloto, personal de la estación de esquí y voluntarios de Protección Civil. Todos los participantes coincidieron en la necesidad de realizar este tipo de simulacros a pesar de las pocas probabilidades que tienen este tipo de accidentes, como destacó Íñigo Sánchez, bombero-rescatador del SEPA, quien afirmó que "es bastante raro que se dé esta situación". Asimismo, es una buena oportunidad para ver cómo se coordinan diferentes entidades, en este caso estación, bomberos y Protección Civil, "que hace que el trabajo sea más efectivo", como apuntó Sánchez.