"Hubo 'visionarios' que auguraron el fracaso del teléfono frente al telégrafo", argumentó la morciniega Mercedes Fernández Menéndez en la charla-coloquio sobre la primera instalación de la linea telefónica que comunicó Oviedo, Gijón y San Juan de Nieva, una infraestructura acometida por un grupo empresarial minero encabezado por la sociedad Minas de Riosa. El acto fue organizado por la Asociación Cultural "Los Averinos" y sirvió como inauguración de la exposición fotográfica del patrimonio industrial del valle del Caudal que puede ser visitada en la Casa de Cultura de Riosa. La charla contó, además, con la colaboración del Ayuntamiento riosano y el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas.

La Alcaldesa de Riosa, Ana Díaz Fernández, agradeció el esfuerzo y el compromiso de "Los Averinos" en el cuidado y la divulgación del patrimonio, y a la conferenciante por su exhaustivo estudio del pasado minera riosano, que ha constituido el eje de su tesis doctoral. Por su parte, Celso Suárez, presidente de la asociación organizadora, manifestó su deseo de que "el castillete del Monsacro, el más guapo de todos, vuelva a ver girar sus poleas". A continuación, José Luis Cabo, cronista oficial de Riosa, destacó que "Mercedes Fernández saca a la luz aspectos desconocidos hasta ahora de un tema, el pasado minero de Riosa, sobre el que se ha escrito muy poco".

Orígenes

La conferenciante, licenciada en Geografía e Historia y diplomada en Biblioteconomía, inició su exposición haciendo un repaso histórico del teléfono, desde su nacimiento en Estados Unidos en 1876 hasta las iniciales lineas interurbanas españolas. "Los primeros teléfonos llegaron a España un año después, en 1877, y a partir de entonces, su evolución fue un tanto caótica, debido a los continuos cambios normativos, pues el Estado dudaba entre asumir el impulso público del servicio o dejarlo en manos privadas a cambio de comisiones", expuso Fernández, que actualmente trabaja como bibliotecaria en el Conservatorio de Música de Oviedo. "El teléfono está íntimamente asociado a la industria y el comercio", resaltó la ponente, que recordó que ya en el año 1902, Minas de Riosa disponía de líneas telefónicas que comunicaban las diversas explotaciones. "Uno de sus socios, Inocencio Fernández, tuvo el teléfono número 1 de Mieres", añadió.

Fernández relató el proceso del concurso de la primera red interurbana de Asturias, que uniría Oviedo, Gijón y San Juan de Nieva y que fue adjudicado al grupo empresarial encabezado por Minas de Riosa, en el que también estaban incluidas Hullera Española, Minas de Turón, de Figaredo y Fábrica de Mieres. "El teléfono, para las empresas mineras, era una cuestión de interés económico, una necesidad del negocio y un motivo de prestigio social", dijo: "La convocatoria se aprobó en 1901; sin embargo, Minas de Riosa ya había suscrito un acuerdo año y medio antes".

Proceso

Esto sugiere que el proceso de adjudicación, a un precio por kilómetro superior al presupuestado por la propia Minas de Riosa, no fue todo lo transparente que cabía esperar. "La corrupción no es exclusiva del presente; algunos socios de Minas de Riosa eran personajes con gran influencia en Madrid", aclaró. Finalmente, la instalación se demoró hasta 1908 y el cobro de la misma se verificó en 1914, un año antes de la liquidación de Minas de Riosa. "El coste final superó el doble del precio establecido, una pérdida que hubieron de soportar las empresas del grupo. Sólo Fábrica de Mieres se negó a pagar su parte", comentó la historiadora. "El grupo que lideró Minas de Riosa acometió la labor de vertebrar las comunicaciones en el eje económico asturiano", resaltó Fernández que, por último, describió el nacimiento de las nuevas profesiones relacionadas con el teléfono. "Ser telefonista fue el primer trabajo femenino fuera del hogar que estuvo bien considerado", concluyó.