Estambul (Turquía),

Álvaro FAES,

enviado especial de

LA NUEVA ESPAÑA

La GP2, la segunda división del automovilismo, entretenía la mañana con su carrera dominical. El coche de Bruno Senna, sobrino del malogrado paulista, enfilaba el carril de los garajes con un golpe en su parte derecha y un neumático colgando. Nada nuevo bajo el sol. La repetición provocó el estupor. Los ojos se posaron en las pantallas para confirmar lo insólito: el brasileño había atropellado a un perro, un can blanco con pintas negras que deambulaba por la pista, aturdido, hasta que se produjo la escabechina a 250 por hora. Inevitable. La seguridad del circuito, por los suelos. El perfeccionista mundo de la Fórmula 1, el suntuoso escaparate de Bernie Ecclestone, retratado por un chucho, por un suceso común y poco honroso, un atropello de carretera comarcal, radiador humeante y perro famélico muerto en la cuneta.

La realización sólo regaló una repetición. No conviene recrearse en cuestiones que puedan afectar a la buena marcha del negocio. En las altas esferas del Gran Circo no gustará la imagen dando la vuelta al mundo. Si pasa en la carrera grande, rodarían cabezas. Ecclestone tampoco celebra que haya pasado en su vivero de estrellas. Para colmo, eran dos perros en la aventura. Tuvo mejor suerte un pastor de color canela y negro. Corrió por el asfalto un centenar de metros y encontró pronto una salida. Un comisario completó la escena ridícula, con un ademán de atraparlo, como el mozo que persigue al cerdo resbaladizo en la fiesta del pueblo.

En el momento de la irrupción de los dos perros, Bruno Senna marchaba sexto y estaba remontando posiciones desde la parte trasera del pelotón. Los daños se limitaron al ámbito material.

En esta ocasión no hubo que lamentar heridos. En 2006, el brasileño Cristiano da Matta se llevó por delante a un ciervo en el trazado de Elkhart Lake, en Wisconsin, durante una prueba de la Champ Car, en Estados Unidos.

La FIA se tomó muy en serio el asunto. Charlie Whiting ordenó revisar y asegurar todas las puertas externas del circuito para evitar un suceso similar en la carrera de Fórmula 1, pidió sacar a todos los animales del entorno de la pista -se habían visto hasta vacas- y anunció una investigación para esclarecer los hechos, a la vez que advirtió a los organizadores de la gravedad de lo sucedido.

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