Oviedo, Agencias

La situación financiera del Barcelona, según la auditoría encargada por la nueva junta directiva a Deloitte, no es, ni mucho menos, tan buena como defiende el presidente saliente, Joan Laporta. De hecho, siempre según la mencionada auditoría, en estos momentos el club tiene la deuda más grande de su historia: 442 millones.

Javier Faus, vicepresidente económico, presentó ayer los resultados de la auditoría, y éstos son bien distintos del balance que hizo el anterior tesorero, Sala i Martín, antes de abandonar el club. Faus presentó un déficit en el balance de la temporada pasada de 77,1 millones de euros, mientras que para Sala i Martín la campaña se cerró con un beneficio de 11,1 millones. Según el vicepresidente, el club «no está en quiebra», pero hay más gastos y menos ingresos de los esperados, y calificó los resultados como «negativos».

Si Sala i Martín anunció un ingreso récord de 445,5 millones, tras la auditoría la cifra ha bajado hasta los 408,9 millones de euros. Los gastos de la pasada temporada han crecido desde los 428,7 millones hasta los 477,9. El resultado limpio auditado es de unas perdidas totales de 80,1 millones de euros, frente al beneficio de 9 millones que presentó la junta dirigida por Joan Laporta.

Las discrepancias económicas entre la auditoría de Deloitte y las cuentas presentadas por la anterior junta directiva vienen justificadas por la adquisición de los terrenos de Viladecans (costaron 18 millones y valen en la actualidad 5,5) y por la venta de una parcela de la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí -se vendió por 21,5 millones, pero sólo se ha cobrado el IVA (un millón)-, así como por la amortización de 8 millones de euros del contrato de Henry que se pretendía cobrar que con su marcha a los Red Bulls no se cobrará.

Por su parte, Laporta salió ayer a defender su gestión. «Estoy muy orgulloso del Barça que hicimos y que está viviendo los mejores momentos de su historia», dijo. A su juicio, es evidente que la entidad tuvo un crecimiento económico y financiero muy importante durante sus años de presidencia y que dejó un Barça «mucho mejor» que el que se encontró en 2003.